sábado, 27 de diciembre de 2008
Un dios salvaje
viernes, 26 de diciembre de 2008
Monteiro este finde en la Filmoteca
miércoles, 24 de diciembre de 2008
Elogio del blog
Madoff
Kipling/García May
Hamlet en el María Guerrero
lunes, 22 de diciembre de 2008
El intercambio
viernes, 12 de diciembre de 2008
Garrel en La Casa Encendida
martes, 9 de diciembre de 2008
Indiana Jones
Lecturas paralelas
lunes, 8 de diciembre de 2008
Simone Weil
Las aventuras del buen soldado Svejk
Ladrones también tiene que haber -dijo Svejk tumbándose sobre el colchón-. Si todo el mundo tuviera buenas intenciones, pronto los hombres se matarían unos a otros.
domingo, 7 de diciembre de 2008
Simone Weil
sábado, 6 de diciembre de 2008
V de Vendetta
Simone Weil
viernes, 5 de diciembre de 2008
Simone Weil
“La noción de obligación prima sobre la de derecho, que está subordinada a ella. Un derecho no es eficaz por sí mismo, sino sólo por la obligación que le corresponde. El cumplimiento efectivo de un derecho no depende de quien lo posee, sino de los demás hombres, que se sienten obligados a algo hacia él. La obligación es eficaz desde el momento en que queda establecida. Pero una obligación no reconocida por nadie no pierde un ápice de la plenitud de su ser. Un derecho no reconocido por nadie no es gran cosa.”
Las necesidades del alma: el orden
La primera necesidad del alma humana, la más próxima a su destino universal, es el orden: un tejido de relaciones sociales tal que nadie se vea forzado a violar obligaciones rigurosas para cumplir otras obligaciones. Únicamente en este caso el alma sufre violencia espiritual por parte de las circunstancias exteriores. Pues quien deja de cumplir una obligación sólo por amenaza de muerte o de sufrimiento puede desinteresarse de ello y sólo su cuerpo quedará lastimado. Pero a quién las circunstancias le hagan incompatible los actos prescritos por varias obligaciones estrictas, ése, sin que tenga la posibilidad de defenderse, quedará herido en su amor al bien.(
(Echar raíces, Simone Weil)
miércoles, 3 de diciembre de 2008
Ramón Casas en Montserrat
Los peligros morales de la altura
(El martillo de Dios, Chesterton)
Estoy convencido de que la celebérrima secuencia de El tercer hombre en el que Orson Welles y Joseph Cotten conversan en lo alto mientras miran hacia el suelo y comparan a los viandantes con insectos y cucarachas viene de este párrafo (Graham Greene y Evelyn Waugh forman con Chesterton una peculiar tripleta de escritores católico/ingleses). Todos los místicos advierten de que el mayor peligro que acecha al santo en su camino de perfección es el del orgullo espiritual; y Chesterton no sólo desconfiaba de los integristas religiosos sino hasta de los abstemios y los filántropos profesionales.
Sirva como ejemplo del enunciado de esta entrada (cambiando de tema) la arrogante actitud del merluzo de Sebastián Álvaro, convencido de que la televisión ha existido para pagarle sus absurdos paseos por inhumanos y desiertos picachos.
martes, 2 de diciembre de 2008
Un flaneur por Madrid: el Panteón de hombres ilustres
Instado por mi asesora urbanística, me acerqué a ver el Panteón de Hombres Ilustres, un edificio madrileño poco conocido, una idea típicamente decimonónica con una resolución tópicamente española: la idea de crear un panteón de españoles egregios tardó décadas en llevarse a la práctica, por el camino se descubrió que no había constancia de donde reposaban los restos de figuras de la cultura española tan “marginales” como Cervantes, Velásquez o Lope de Vega, y tras varias vueltas la obra quedó inconclusa por falta de presupuesto, y abandonada al olvido hasta su reciente restauración por Patrimonio Nacional, lo que no ha impedido que el sitio esté desangelado, con unos monumentos dedicados a políticos del XIX soltados en medio de un claustro a medio terminar. Es dudoso que a ningún político de nuestros días le apetezca reposar ahí, bajo un panteón diseñado por Barceló, pongo por caso, aunque igual Gallardón se apunta, eso sí, previo engrandecimiento del edificio, claro.
Lo más fuerte es este Cristo que aparece en el panteón de Canalejas (que fue asesinado, por si alguien no lo sabe). Resulta súper moderno, con esa pinta de holograma a punto de formarse de la piedra, pero todavía sin concretar (aparte del peculiar aire a lo Marylin Mason que tiene).
Diario (sillones)
Los sillones fueron rápidamente colonizados por mis hijos, con el inconveniente de que, al ser tres los vástagos y dos los sillones, a veces se producen cruentas batallas por su ocupación. Los usan para todo, para leer, para estudiar, para ver la tele, oír la radio, jugar a la wii e incluso escribir en el ordenador (lo normal es que hagan al menos tres de estas actividades al mismo tiempo).
Esto me ha dado ideas para proponer sesudas y complejas teorías sociológicas sobre la paternidad y los hábitos de lectura, pero en algún momento he perdido el hilo, con lo que probablemente me conforme con participar como parte beligerante en las encarnizadas luchas fraternas por el trono.
Maritoñis
Este finde me he subido de Granada unos paquetes de Maritoñis para iniciar al resto del blog en el consumo de este popular dulce granadino. En realidad es bollería industrial, y lleva décadas en el mercado (recuerdo que hace más treinta años mi abuela me daba una todas las tardes para merendar, junto a un batido de fresa de Puleva), pero por ignotas razones mercantiles nunca ha traspasado las fronteras de la provincia: Mercedes es de Jaén y no las conocía. En alguna mantequería pija de Madrid las he visto anunciadas, pero ya digo que en Granada es algo de andar por casa, cada una cuesta menos de medio euro. Tan “proletaria” resulta que descubrí que las hijas de mi prima, por debajo de los cinco años, no las conocían: al ser sus padres profesores universitarios imagino que se han pasado el desayuno nacionalista y saludable políticamente correcto, o sea, la tostada con aceite. Y es que a Mercedes no le hizo falta echar un vistazo a la lista de ingredientes para adivinar que aquello era una bomba de grasas y calorías (tiene manteca y margarina, además de la inevitable lista de conservantes y emulgentes), y Susana opinó que era apto para alimento de aguerridos campesinos en el duro invierno antes de enfrentarse a las duras jornadas agrícolas.