sábado, 26 de enero de 2013

Kim en el desierto



Había curiosidad entre los que nos lo pasamos pipa con las series B de luxe que rueda Kim Jee-woon por ver qué había hecho en su trasplante a Estados Unidos de la mano de Schwarzenegger (¡y Eduardo Noriega!). The last stand ha sido un notable fracaso en su país de origen, sabe Dios por qué, pero es una película muy divertida en el que el director emerge como un fan desaforado de Peckinpah y Hawks (y High noon). Bien rodada, la película se permite algunos alardes ajenos a lo que nos tiene acostumbrado el género, como una persecución a través de un maizal de notable puesta en escena, si bien la peli no llega a la asombrosa pericia técnica con que nos suele regalar el cine coreano, tal vez porque los sueldos de los técnicos en USA deben de ser bastante más elevados que en Corea y haya que rodar más rápido. Tampoco el guión arriesga importando las demenciales circunvalaciones manieristas que suelen acompañar a las pelis coreanas y que tanto gustan a los groupies de aquella filmografía, por no hablar del extraño humor (para los occidentales) que allí se gastan; aunque Jee-woon hace algún pinito con el grotesque los guiños cómicos se guardan para los chistes del actor austríaco sobre su edad y su carrera, algunos bastante divertidos (para los espectadores españoles el más gracioso es tener el morro de poner a Noriega de "el jefe más despiadado de un cártel desde Escobar"). Total, que si a nivel internacional se confirma su fracaso en taquilla El último desafío corre el peligro de transmutar su naturaleza original de producto popular en el de film de culto para paladares refinados, que así de caprichosa es la fama.

No hay comentarios: