lunes, 7 de abril de 2008

Regreso a Normandía




El éxito mundial de Ser y tener ha posibilitado que se estrene en España el siguiente trabajo de Nicolas Philibert, Regreso a Normandía, de la mano de la misma distribuidora, Karma, especializada en documentales. Por lo visto el sábado pasado en los Renoir de Plaza de España, esta cinta no va a tener ni de lejos la repercusión de la anterior, lo que es una pena, porque estamos ante uno de los mejores films del año. Como es sabido, Philibert trabajó como ayudante de René Allio en la apasionante aventura de adaptar el libro que Foucault publicó a partir de un truculento caso acaecido en la primera mitad del XIC en la rural Normandía: un joven, Pierre Riviere, asesina a su madre y a su hermano y su hermana. El acusado escribió un texto explicando su acción cuando ya estaba detenido, y es esa voz la que articula la película (extraordinaria) de Allio. Uno de los hilos conductores de la película es precisamente la escritura: vemos notas de Allio, nnotas de Foucault, pero lo que sorprende por su belleza inesperada es la hermosísima caligrafía del propio Riviere. La película gira en torno a la memoria y su conservación: el texto recobrado del asesino, la abadía donde se conservan los archivos de numerosos escritores, los testimonios de los actores no profesionales que participaron en la película. Es una pena que no se haya hecho como en Francia, donde el documental que nos ocupa ha permitido el reestreno del Pierre Riviere, que en madrid la Filmoteca pasó hace pocos meses, aunque tal vez ahora hubiera sido el momento ideal, puesto que algunas imágenes necesitan el eco de la película original: el detenimiento en la mecanización de las tareas campestres de Philibert sólo se entienden adecuadamente en contraposición a la sorprendente aurenticidad que transmitía Allio en su filmación del trabajo en el campo normando hace dos siglos. El pequeño suspense que se monta acerca del actor que interpretaba a Pierre Riviere sólo engancha si uno conoce la impresionante encarnación de un personaje que llevaba a cabo el actor (y da lugar a una curiosa sorpresa). Philibert demuestra su maestría en la suavidad y fluidez que le permite cambiar de registro y temática sin que parezca que en ningún momento abandone su idea original (¿pero cuál es ésta?¿Un homenaje a Allio?¿Un testimonio de la manera de hacer cine en los setenta?¿Otro retrato de la Francia rural, como Ser y tener?¿Una reflexión entre la relación entre lo imaginario y lo real?).

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