martes, 22 de abril de 2008

soraya



Pues después de tanto ruido periodístico como hubo alrededor de la elección de Soraya Sáenz de Santamaría como portavoz del PP, hoy he tenido por primera vez la oportunidad de verla soltando un comunicado, o como se llame técnicamente el comentario más o menos chistoso sobre el mus que ha intentado pergeñar contestando a Esperanza Aguirre. La impresión que he tenido es que la vamos a ver mucho estos cuatro años: tal incompetencia no puede ser desaprovechada por el Psoe, que si en algo ha sabido demostrar pericia ha sido en sacar réditos de los errores ajenos. Otra es que no me extraña el indisimulado desprecio con que lo que se llama la vieja guardia (aunque anden todos por los cincuenta) se ha tomado este nombramiento. Y finalmente creo que habría que darle la razón a Jiménez Losantos: este equipo ya ha perdido las elecciones del 2012, y no parece que vayana tomarse la molestia de plantarle cara en serio al Psoe, sino que parece más preocupados por repartirse el (extenso) trozo de poder que mantienen en Comunidades y Ayuntamientos.
La verdad es que Espe se merienda a esta chica (no tan joven, anda frisando los cuarenta) en cinco minutos. Realmente la Aguirre es la única que parece que tiene ganas de ganarle las elecciones a Zapatero, y está convencida (erróneamente, desde mi punto de vista) de que podría hacerlo. Gobierna la Comunidad de Madrid como si estuviera haciendo la beca para decorar la Moncloa, se ha metido en fregados que le pueden pasar factura (como en Cataluña, donde al parecer causa repelús), y entre el PP de provincias está lejos de concitar entusiasmos unánimes. Si fuera una alternativa seria probablemente los socialistas sacarían la artillería pesada contra ella, y hasta es probable que le preparasen trampas dentro de los sectores de Madrid que más está haciendo crujir con su política (Sanidad y Educación). Pero por lo visto estos días, le va la marcha. Yo creo que no se va a presentar en este congreso, y que va a esperar pacientemente a que surja su oportunidad, consciente de que es más que probable que, tal como están las cosas, nunca llegue. Mientras tanto, tiene que escuchar alardes chulescos y desafiantes retándola a que se presente con una lista, algo que se supone es un derecho de cualquier militante del Partido Popular. Al final, nos va a caer bien esta señora.

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