sábado, 30 de agosto de 2008

El día en que me echó la Bernal

Freud estaba empeñado en que lo suyo era una ciencia con todas las de la ley, y llena sus escritos de términos rimbombantes de raigambre positivista (en alemán suenan todavía más serios), pero si lo seguimos leyendo es por párrafos como aquel en que comenta que en la vida de las personas se repiten estructuras que el sujeto achaca al azar, pero que es obvio que son buscadas por el inconsciente, y así hay gente a quién siempre se le inunda el piso o se enamora de la hermana de su novia (no recuerdo los ejemplos que él ponía, pero podrían ser estos). A mí, por ejemplo, siempre acaban echándome de los programas donde trabajo, y el último ejemplo ha sido el de las misas. Aquí el detonante ha sido que la Bernal no soporta que me vaya a trabajar con Carmen Marín y Chiquito, a los que detesta profundamente ("ese par de caraduras" los llamó, aunque en justa correspondencia hay que decir que la Marín la denomina La bruja cuando tiene que hablar de ella), y como no puede impedir que su vida emocional la inunde inconteniblemente, le fue imposible parar cuando dio rienda suelta a su despecho, y se metió en delirios como decir que tenía que dejar el teléfono de producción en el despacho porque no iba a tolerar que una cosa firmada por ella estuviese trabajando para Carmen, y que si me llamaban al despacho no iban a dar razón de mí. Como ya estoy acostumbrado a estas cosas me lo tomé con mucho humor, recogí mis cosas (al día siguiente) y me mudé sin asomo de melancolía; con la seguridad de que nunca volvería a trabajar con ella.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Freud también lo llamaba 'comupulsión a la repetición' que es lo mismo que la misma piedra con la que tropieza el hombre más de una vez. O el sagrado karma que uno cultivó con sus acciones y se le aparece asíne, de repente uno se topa con el aroma de lo conocido y desagradable (o agradable).
Hermoso ejemplo el tuyo. Luego Perls habló de lo importante de resolver los 'asuntos pendientes' para transformar esa escavitud de retornar contiinuamente al mismo tipo de situaciones a la posibilidad de transformarlas en algo distinto y liberarse de ellas.
Te felicito por el blog y por tu arte con las sesudas reflexiones. Esta además me pareció muy personal y generosa. Algunas de ellas me han gustado mucho, con otras no he podido continuar la línea.
Abrazos responsoriales con olor a incienso de aquellos domingos por la mañana en el trabajo.