sábado, 21 de enero de 2012

Matrimoniadas


Es evidente que las experiencias personales influyen en la manera en que percibimos las películas. Este año celebraré los 20 años de casado, y en las películas me fijo bastante en la manera en que se retratan los matrimonios de largo aliento, algo que imagino que no llama la atención a quien no comparte esa vivencia. En este sentido (y en algún otro), La chispa de la vida es un completo desastre: resulta obvio nada más empezar aquello que José Mota y Salma Hayek no han compartido un colchón ni un café con leche en su vida, es la pareja con menos química que he visto en pantalla en mucho tiempo. En el otro extremo, la gran película del año en este aspecto (y también en algunos otros) es Las nieves del Kilimanjaro, de Guédiguian, que no se ha estrenado en España pero tiene distribución (Golem), y que probablemente no ha tenido la repercusión que merecía porque en Cannes se pasó en Un certain regard y en España en el festival de Valladolid, que a pesar de tener una programación bastante apañada no tuvo apenas repercusión en los medios, aunque otra posibilidad es que los críticos de cine, en general gente de vida desarreglada, sean ciegos a estas virtudes, que sabido es que se pirran por las madres locas y los padres incestuosos.

5 comentarios:

Sergio Sánchez dijo...

Me interesa una décima parte que a ti, pero ¿no tiene Golem también la de Garrel desde hace ya?, ay, las películas deberían autodestruirse un tiempo después de compradas.

Jesús Cortés dijo...

La de Garrel ya la cazé yo, en rutracker con doblaje ruso y un archivo ac3 con el audio original para pegárselo encima.
Mi francés no me permite saber si me gusta.

abbascontadas dijo...

Pues la de Garrel la tenía, en teoría, comprada Alta cuando se pasó en Venecia, pero es probable que no la acaben estrenando, por esa costumbre nefasta que tienen los distribuidores hispanos de desayunarse con la crítica de, primero, Boyero, y, después, el resto de merluzos epígonos que escriben en la prensa diaria secundaria (en el sector cultural, aunque parezca inverosímil, El País sigue siendo la Biblia).
Enrique González JR me contó en Sanse que es improbable que la saquen después de las feroces críticas que había recibido en el festival italiano de mano de los indocumentados a los que los dueños de los periódicos nacionales han dejado las páginas de la crítica cinematográfica, un plaga cuyas consecuencias nefastas en la distribución española han sido comentadas hasta la saciedad por gente más competente que yo (a mí, por contra, me ha beneficiado económicamente, dado que, en general, las películas que me gustan se pasan en circuitos bastante más baratos que los enormes y carísimos complejos que copan la exhibición en este país y creo que en todos, complejos en manos de multinacionales tan despiadadas como las productoras hollywoodenses, por cierto).
De hecho, en el prolijo anuncio de sus próximos estrenos no se encuentra, y por lo menos se mantiene la (a mi juicio, claro) maravillosa versión que de Wuthering Heights ha rodado Andrea Arnold.
Jesús, en mi casa ordenadores y cacharrería está en manos de mis hijos, no sé lo que es un archivo ac3 (ni rutracker, ya puestos), pero el paso que vamos me tendré que poner al día, con tan parca oferta en salas y tan infinita en la red.

Sergio Sánchez dijo...

Vaya, y eso que los defensores de Boyero aseguraban vehemente y rotundamente que era imposible que las críticas influyeran en los distribuidores. Qué gracia.

abbascontadas dijo...

Pues te puedo asegurar que los distribuidores se desayunan leyendo las críticas de los diarios, y más cuando andan de festivales. Y no es precisamente la del Cahiers o la de Jonathan Rosenbaum la que más les preocupa...