Spielberg ha tenido tan mala suerte que el mismo finde que le estrenan su peli sobre caballos en la Primera Guerra Mundial (bueno, creo que es uno en concreto) va una distribuidora y le coloca en cartel el mismo día el film que Béla Tarr ha hecho sobre el caballo más famoso de la historia de la filosofía de los últimos dos siglos, ese al que se abraza Nietszche en Turín antes de su crisis psicótica definitiva, con lo que está claro que el americano no tiene posibilidades ante el húngaro, si bien para equilibrar éste último sólo sale con un pase en un sólo cine (en Madrid, parece que en Barcelona hay otra copia). También se lee que El caballo de Turín no va sobre el filósofo, que sería lo fácil y lo que se le ocurriría a cualquiera, sino sobre el cochero que mataba a latigazos al pobre animal, cochero por el que la historia había mostrado hasta ahora poca curiosidad. No voy a ser yo quien se queje de que por fin se estrene una película de Béla Tarr en España, aunque sea en estas condiciones, y la verdad es que las dos películas suyas que he visto, Las armonías de Werckmeister y El hombre de Londres (ambas editadas en dvd en España) me han gustado.
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