The addiction es una película con un rasgo realista: aquí los vampiros son tan pretenciosos como suelen serlo en el género (todo el rato con sus rollos sobre la eternidad, el mal, el ser, y esas cosas de las que hablan los vampiros siempre, mientras que no recuerdo ninguno que hable de fútbol), pero está justificado porque estudian, o enseñan, filosofía en la Universidad. También tiene un par de rasgos bastante innovadores: la vampira prota sufre una sobredosis (más bien empacho, pero como la cosa va de alegoría de la adicción a la heroína, así lo dejamos) de sangre, y se suicida por el nunca visto método de comulgar, un detalle que me ha parecido genial (bien es cierto que no está claro si sólo se suicida su ser vampírico, porque en el último plano vemos a Kathy dejando una rosa ante su propia tumba).
The addiction es provocadoramente católica, con su teoría de la gracia que puede redimir la naturaleza del alma humana, siempre proclive al mal (la adicción del título), y es una pena que tenga ese aire de poco currada por parte de Ferrara (y de su guionista): por ejemplo, qué poco partido se le saca a esa figura demoníaca iniciática que encarna Cristopher Walken (atormentado porque Proust no le gustó cuando se publicó por primera vez, que esas cosas tiene el ser inmortal).
2 comentarios:
"THE ADDICTION" diría que es una extraña parábola (bajo el formato de una cinta de vampiros urbanos) en torno a la fascinación que siempre ha ejercido la violencia, la maldad, sobre el ser humano. A este respecto, el director reflexionaba en su día con evidente pesimismo: “No somos malos porque hagamos el Mal, sino que hacemos el Mal porque somos malos”. No vamos a discutir por eso.
Rodada -según dijeron sus responsables- en dieciocho días con un presupuesto irrisorio, la película luce (es una manera de hablar) una fotografía en un oscurísimo y contrastado blanco y negro y su desarrollo se sigue con más angustia que interés.
No sabía lo de los dieciocho días, pero hay algo apresurado en el film, sobre todo a nivel de escritura, que le impide desarrollar las muchas cosas interesantes que se apuntan.
Habría que ver a qué llama Ferrara un presupuesto irrisorio, pero está claro que es una peli muy barata, y el blanco y negro muy contrastado es ideal para esos presupuestos.
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