Elio Vittorini escribió Conversación en Sicilia a finales de los 30, pero esta adaptación del tándem Straub/Huillet transcurre en el presente (bueno, en el presente de cuando se rodó, en el 98), si bien hay algo atemporal en ella, sobre todo por lo que se refiere a los viajeros del tren, con esos trajes tan puestos que se gastan todos. Como en The quiet man, aquí el protagonista regresa de Estados Unidos a la casa materna, y aquí se acaban todos los parecidos con Ford: lo que el viajero italiano se encuentra a su regreso es, directamente, a la figura materna en todo su esplendor, con la que mantiene la conversación del título del libro (editado en España por Gadir, que en su catálogo tiene más libros del autor), muy terrible y muy divertida, con el distanciamiento que da la peculiar declamación que del texto hacen los actores straubhuilletianos (por ejemplo, la madre se queja de que el padre escribía poemas a otras mujeres en vez de cepillárselas sin más, como hacía el abuelo, un hombre comm'il faut, y a continuación le cuenta una aventura que tuvo con un soldado, aventura de la que se muestra muy orgullosa). Tras la pasmosa conversación maternofilial nuestro héroe se encamina a la plaza del pueblo (una Siracusa sobre la que parece caer a plomo un sol de justicia permanente) donde tiene lugar la charla banal, y también divertida, con el afilador, que sorprendentemente se queja de que ya nadie afila cuchillos ni tijeras; charla con la que termina el film, al que el principal pero que se le puede poner es que dura muy poco, apenas una hora: teniendo en cuenta el éxito del mismo, los productores se podrían haber planteado hacer una secuela en la que el prota se topara con su padre, fugado con otra mujer, según la peculiar madre porque tiene un nombre poético, Manon.
2 comentarios:
Ésta y "Crónica de Anna Magdalena Bach" me gustaron mucho, las otras parecen chungas de ver. Al menos me he asomado a ellas y se hacen un poco cuesta arriba. Luego todo es cuestión de que el tiempo aclare los malentendidos y como me paso con Manoel de Oliveira les pille el punto y hasta el sentido del humor al matrimonio.
Viste el documental de Pedro Costa sobre el montaje de Sicilia!? Straub es total como personaje cómico.
La adaptación que hicieron del Moisés y Aaron está bien, y la visita al Louvre también, pero estoy de acuerdo en que esas dos son el top Straub/Huillet.
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