El País trae hoy una entrevista muy entretenida con ese adicto al queso manchego y al Ribera del Duero que es Houellebecq, que ha tenido la mala suerte de que le coincida la salida de su novela sobre la toma del poder en Francia por un presidente musulmán con los asesinatos islamistas en París.
Sumisión lleva el marchamo de polémica, aunque eso en Francia no quiere decir mucho, ya que da la impresión de que la mitad de la población vive de dar opiniones sobre cualquier cosa. Pero me ha recordado la novela de Chesterton La taberna errante, que tenía un argumento parecido (aquí el musulmán era el asesor del puritano Presidente), aunque no tengo noticia de que a nadie escandalice esta historia del mejor defensor del alcohol y el matrimonio que conozco.
2 comentarios:
Houellebecq habla de racismo para referirse al color de la piel, me parece muy pillado por los pelos.
En cuanto a contenido teórico no tiene ni pies ni cabeza, se nota que Houellebecq está acostumbrado a soltar gansadas a diestro y siniestro, pero tiene gracia la disparidad de niveles del entrevistador y del entrevistado, y lo que deja escapar sobre construcción narrativa de la obra está bien. Pero que Hollande y tras él toda la plana intelectual gala tenga que opinar sobre el libro demuestra que estos gabachos están un poco locos.
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