viernes, 28 de diciembre de 2007

Expiación, o la metaliteratura para masas



Expiación se abre con una cita de Jane Austen. Durante las primeras doscientas páginas (la mitad del tamaño del libro) la novela narra minuciosamente desde diferentes puntos de vista un par de jornadas en la vida de la familia Tallis, en un alarde de control de los mecanismos literarios que en muchos casos llega a rozar el exhibicionismo. La referencia a Virginia Woolf (y en concreto a Las olas) es tan obvia que el libro la cita explícitamente. El conflicto central se articula acerca de un crimen "inocente", cometido por una niña tras una concatenación de pequeños azares que van preparando el desastre. Ese crimen gravitará sobre la vida de la culpable, una niña con ínfulas de escritora cuya obra posterior girará alrededor de ese punto nodal en su vida, y de las posibilidades de la escritura para redimir el pasado. En ese sentido, la novela está llena de reflexiones metaliterarias muy bien integradas en el desarrollo narrativo de la novela, que incluso se permite el lujo de incluir la supuesta carta que el mítico Cyrill Connolly dirige a la protagonista acerca del primer borrador que escribe sobre la infausta jornada, carta en la que se incluyen recomendaciones que están presentes en el texto que leemos, que se supone es la versión definitiva del lance central, con diversas ramificaciones hacia el pasado y el futuro de los involucrados.


El truco que Mcewan utiliza para que uno se beba estas páginas de teoría literaria es sencillo: aunque refinadísima a nivel formal, Expiación es, en cuanto a su historia, un folletín, con promesas de amor eterno, conflictos sentimentales interclasistas, pareja buena de amantes y pareja mala de amantes, y protas que se encuentran tras sufrir un calvario (la Segunda Guerra Mundial, de la que se cuenta magníficamente el episodio de la retirada de Dunkerke, o la heroica resistencia de la sociedad civil británica, ejemplificada en el ejército de enfermeras/santas, por la que Mcewan muestra una admiración sin rebozo ni complejos).


La versión cinematográfica de la novela abrió el pasado Festival de Venecia, y en general fue recibida con condescendencia por los lectores de la novela, aunque cierta eficacia debe de mantener, dado que todos los que la vieron confesaban cierto vengorzante aprecio por la misma. Es probable que sea una de las películas que acapare nominaciones en los oscars, y que el libro vuelva a estar en los escaparates de las librerías. En cualquier caso, anima a leer el resto de la bibliografía de Mcewan, aunque se deje pasar cierto tiempo entre un libro y otro.

No hay comentarios: