jueves, 30 de septiembre de 2010
Apuntes para después de una huelga
1) Una chica guapa es mejor que una fea.
2) Una pierna es mejor que un brazo.
3) Un dormitorio es mejor que un cuarto de estar.
4) Una llegada es mejor que una partida.
5) Un nacimiento es mejor que una muerte.
6) Una persecución es mejor que una conversación.
7) Un perro es mejor que un paisaje.
8) Un gatito es mejor que un perro.
9) Un bebé es mejor que un gatito.
10) Un beso es mejor que un bebé.
11) Que alguien se caiga de culo es mejor que todo lo demás.
Las reglas de Preston Sturges para una comedia de éxito, de la autobiografía de Billy Wilder 'Nadie es perfecto'.
miércoles, 29 de septiembre de 2010
Eckermann
Total, que no me había leído la introducción autobiográfica de Eckermann hasta hoy. Allí he descubierto que el interlocutor del desconcertante genio alemán nació más pobre que las ratas, en una familia perteneciente a lo que sólo puedo describir como proletariado campesino. Según cuenta Eckermann, un hecho en su adolescencia dio un giro radical a su vida. Dentro del género "acontecimientos fundacionales que marcan la vida de su autor", el que narra Eckermann es destacable porque, sin duda, es el más modesto de la historia de la literatura: una noche su padre regresa de un viaje con un paquete de tabaco con la imagen de un caballo. "La imagen de este caballo me gustó mucho y, como casualmente tenía a mano pluma, tintero y un trozo de papel, se apoderó de mí un impulso irresistible de copiarla. (...) Cuando hube terminado me pareció que mi reproducción se asemejaba en todo al modelo, y saboreé una felicidad hasta entonces desconocida. (...) Pasé la noche casi insomne, sumido en una feliz excitación. No cesaba de pensar en mi caballo dibujado y esperaba la mañana con impaciencia para volver a tenerlo ante mi vista y complacerme en él."
lunes, 27 de septiembre de 2010
De vuelta a Madrid
Últimas fotos en Sanse
La Foto con Juan Zavala el último día de los encuentros Zabaltegui está desenfocada (obviamente), pero como es la única que hay de tan magno acontecimiento prevalece su (inmenso) valor testimonial por encima de cualesquiera defectos de forma.
El gran Rufino
sábado, 25 de septiembre de 2010
Palmarés
viernes, 24 de septiembre de 2010
Vuelve Mercedes
Aquí salimos en la postura más habitual durante el festival, colgados del móvil, si bien la actitud es palmariamente diferente.
Miñarro & Abbas
jueves, 23 de septiembre de 2010
Más fotos
Misterios de Tailandia
Genpin: el goce y lo sublime
El "héroe" del film es el doctor Yoshimura, un veterano tocólogo entregado a una cruzada contra el tratamiento agresivo que sufren las embarazadas en la medicina moderna, consideradas habitualmente como enfermas potenciales (recordaba viendo Genpin a Susana declarando contantemente que ella estaba embarazada y no enferma), e intentando articular un discurso que devuelva el carácter sagrado que la mujer embarazada ha tenido en todas las culturas, empeño cuya dificultad queda de manifiesto en la película por el carácter muchas veces naif, y rayano con el oscurantismo, que a menudo tienen sus palabras.
Sin embargo, al igual que las palabras que el chamán de La eficacia simbólica pronunciaba en el momento de un parto difícil, los discursos de Yoshimura tienen un manifiesto efecto positivo en sus pacientes, cuyos rostros y testimonios persigue infatigablemente la cámara de Kawase. El doctor explica constantemente que un embarazo forma parte integral del sublime ciclo de la vida, y que lejos de ser un hecho traumático es el acontecimiento más hermoso que a un ser humano le es dado conocer. Así, pone a sus chicas a trabajar en huertos o a limpiar la madera, y tenemos esa divertidísima imagen de una embarazada fuera de cuentas que parte un tronco de un hachazo descomunal.
Si bien es fácil tener prevenciones en el comienzo de Genpin, cuando todo parece maravilloso y los rostros expresan felicidad, la fina decantación de las apariciones de las protagonistas permite que, tras las primeras declaraciones de plenitud imaginaria, emerja el lado despiadado de lo real. Si la película comienza con mujeres que son incapaces de exponer la felicidad que las embarga, posteriormente será el dolor el que, en algunos momentos asombrosamente hermosos, quiebre sus palabras. Kawase alterna el sonido de la voz humana con la de la naturaleza, y como es habitual en ella integra el actuar humano en la cíclica evolución de la naturaleza (aunque sea en su vertiente más agresiva, como esa excavadora que arrasa una zona del jardín).
Una de las cosas más desconcertantes de Genpin es la emergencia explícita, al final, de la propia voz de Kawase, que expone un elaborado discurso de apoyo a la filosofía de Yoshimura; todo lo contrario de un cierre definitivo de los testimonios o de la aparición de un amo del discurso que ancle el sentido de lo que hemos visto, más bien la necesidad o el impulso de participar, o acompañar, a las palabras que han circulado por el film: también el goce tiene derecho a un texto sublime que lo nombre.
miércoles, 22 de septiembre de 2010
Abbas por Kawase
!Primicia absoluta!¡Que la envidia corra por doquier! Tras la entrevista a la gran Naomi Kawase, que hoy ha presentado en San Sebastián la maravillosa Genpin (me cuenta Weinrichter que la Kawase se ha mosqueado con Venecia y por eso ha venido a Donostia), le he hecho una foto y le he pedido que me haga una a mí, que no hay quien filme los rostros como ella. Y aquí tengo los resultados, que no pasarán a los anales de la fotografía, pero que servirán para agrandar mi ya expandido ego.
lunes, 20 de septiembre de 2010
La mezquita
La mezquita comienza donde termina Be kind, rewind (que Aouad-Said, el director, me contó que no conocía): una comunidad (un pueblo del Marruecos profundo del Sur) se reúne en una plaza pública para ver la película en la que todos han participado. Basada en acontecimientos reales (la filmación de otra película de Aouad -que aparece brevemente al comienzo- en esa zona), la anécdota que da origen al film es tan poderosa que parece inevitable rodarla: tras el rodaje los decorados son destruidos, salvo una mezquita de atrezzo, que ha acabado por convertirse en el espacio de rezo de los lugareños para desesperación del dueño de los terrenos, que se ve incapaz de recuperar sus tierras de labranza y para el que todo el conflicto se convierte en una obsesión devoradora.
La mezquita se mueve entre una consideración utópica del cine como un medio que posibilita una forma de cohesión comunitaria, y el carácter delirante que ese mismo medio puede aquirir merced a su poder sobre el imaginario de los espectadores. El decorado es mostrado profusamente desde el frente (la fachada, el punto de vista cinematográfico, que la identifica como una mezquita "de verdad"), y las bambalinas, (el entramado de telas y maderas que muestran que aquello es una simple tramoya); el espacio interior, el que supuestamente ha devenido sagrado, sólo aparece para que veamos como el supuestamente razonable imam que ha liderado el movimiento para el mantenimiento de la mezquita se dedica a chanchullos políticos con el candidato municipal que ha venido de Rabat.
La película no está mal, Aouad-Said deja espacio a sus personajes para que se muevan por deslumbrantes espacios apenas "mancillados" por construcciones de adobe (aunque un frágil poste de electricidad y alguna parábola nos recuerda que la modernidad llega a todos los sitios), aunque fía demasiado a la potente metáfora de la anécdota principal: uno tiene la sensación de que el film podía haber sido mejor con un poco más de radicalidad en el planteamiento, o más agresividad en el planteamiento de los conflictos.
Misterios de Lisboa
El tema de Misterios de Lisboa es la posibilidad de narar una historia decimonónica en nuestros días, no sólo en su aspecto narrativo (¿se puede todavía articular una narración alrededor de la búsqueda del padre?), sino también visual: ¿cómo filmar un mundo que sólo conocemos por la literatura, aunque creamos muy próximo?.
Si la primera parte contempla una narración folletinesca clásica, con saltos temporales y diversos puntos de vista que van aclarando los misterios del título y del relato, en la segunda se acumulan los puntos de vista de distintos personajes secundarios de la trama que cuentan una y otra vez historias similares (amores imposibles con finales má o menos trágicos), con lo que la peli entra en un bucle casi delirante (hasta los espacios en que ocurren las distintas tramas se parecen bastante). Finalmente el director vuelve a la trama central y recupera a los protagonistas centrales (tanto el huérfano que, al comienzo, sólo cuenta con un nombre de pila, Joao, como el padre Dinis, un sacerdote que va adquiriendo una coloración sobrenaturalmente fantasmática según avanza Misterios de Lisboa, y que a la postre se convierte en el mayor enigma del film) para cerrar el relato con una finta discutible, que aquí no vamos a desvelar.
Resumiendo: a mí me ha encantado.
domingo, 19 de septiembre de 2010
Los misterios de Raúl Ruiz
sábado, 18 de septiembre de 2010
Happythakyoumoreplease
No más treinteañeros con conflictos emocionales de adolescentes, por favor!!!!
(Ya sé que esto no es una crítica aceptable, pero imagino que es fácil hacerse una idea de lo plano de la propuesta)
El gran Vázquez
Los aficionados al cómic conocen bien la figura del 'tío Vázquez': un dibujante que prolongó su vida, su fama y su personalidad en sus historietas casi autobiográficas, pero también un creador prolífico, de imaginación inagotable, y un sentido del humor descacharrante.
Espero que esta película deje a los espectadores con ganas de conocer la obra de Vázquez, y no se queden sólo con lo peor de la personalidad del autor, esa faceta trapisondista y fullera que, en el fondo y después del tiempo, hasta resulta entrañable.