martes, 28 de febrero de 2012

55 días en Pekín


Tengo la impresión de que la mala prensa que tiene esta película se debe a la fecha en que se hizo: en pleno desmelene descolonizador resulta raro que a nadie se le ocurriera gastarse un pastón en cantar la gesta heroica de unos ingleses salvando la civilización en China, cuando a esas alturas estaba más que claro que lo suyo había sido rapiña pura y dura. Y encima los chinos se han desarrollado tanto que se han puesto a contar el contraplano de la historia, con lo que ya estamos acostumbrados a ver a los occidentales como los malos y a los rebeldes nacionalistas como los buenos, por no hablar del hecho de que la emperatriz china hable en inglés con sus dos consejeros.

A pesar de esto, y de que hacia el final la peli se diluye un poco, y no remata bien su buen planteamiento, 55 días en Pequín se ve más que bien, con un magnífico arranque en que se plantea el eterno conflicto entre pulsiones destructoras (femeninas; salvando el hecho de que hable en inglés, esa hierática emperatriz ¡viuda! cuya pasión se materializa en la incesante actividad destructiva de los bóxer es magnífica, por no hablar del fino paralelismo con la Otra -la reina de Inglaterra, claro, aparente dechado de civilización pero en realidad voraz depredadora de tierras ajenas-) y los diques más o menos articulados que se oponen a su labor, que a estas alturas de la historia del cine ya se habían resquebrajado del todo (a Charlton Heston le tocó en muchas ocasiones encargar a ese héroe postWayne, mientras que David Niven hace a ratos de gran inglés victoriano, y a ratos de su parodia, como si fuera consciente de la deconstrucción que en los 60 desmontaba toda posición de supuesto saber).

Esta tensión con lo chino/mujer se expresa bien en los problemas del Major Lewis con la baronesa Natalie (Ava Gadner), cuyo lado "deseante" se inscribe en su histoia de amor con un general chino a la que no se le saca el partido que podría; y en los titubeos en aceptar su rol de padre respecto a la hija que su mejor amigo ha tenido con una china: como todo el mundo recuerda, estos titubeos le cuestan la vida a la mujer (que muere tal vez para expiar su culpa pasada, o tal vez por haber renunciado a su deseo y convertirse en abnegada enfermera), pero en su último gesto el protagonista acepta la responsabilidad para con la niña, una manera de asumir el desafío que en lo femenino aguarda.

2 comentarios:

Teo Calderón dijo...

Has elegido una angulación tan rebuscada para referirte a esta película, que automáticamente (a lo magdalena de Proust) me ha transportado a los motivos por los que me irrita "SIERRA PROHIBIDA" (The Appaloosa) un western en el que Sidney J. Furie parecía buscar en todo momento un alambicado formalismo con encuadres imposibles que sacrificaban el rigor solo porque sí.
Ya te digo, me ha costado entrar en tu texto (lo he leído tres veces), tal vez porque esperaba algo más convencional en torno a "55 DÍAS EN PEKIN", una película que pese a todo, me sigue gustando.
En esta superproducción, realizada en España con muy pocos chinos de verdad, Nicholas Ray hubo de hacer frente a un rodaje caótico y ceder dolorosamente ante presiones de toda índole, enfermando y abandonando la película, que fue remodelada y terminada sin su presencia. Así, momentos de gran belleza se alternan con irritantes torpezas y lagunas narrativas (debidas a supresiones en el montaje o escenas que no llegaron a rodarse) que desdibujan algunos personajes como el de la condesa rusa que interpreta Ava Gardner. En suma, otra obra maestra que nunca llegó a serlo, quedándose en un hermoso film lleno de cicatrices.

abbascontadas dijo...

Hoy la ponen en TVE, y en la primera en prime time, a ver qué tirón tiene. %% días es del mismo año que Los pajaros: los cuervos son a la madre de Rod Taylor lo que los bóxers a la emperatriz china, las posturas de Tippi Hedren y Ava Gadner similares, y la aniquilación de la posición femenina por culpa de las limitaciones de R. Taylor y Charlton Heston también tienen mucho que ver, pero en el film de Hitchcock todo está mucho más claro, los titubeos en el de Ray (que por otro lado disfruté mucho) tienen que ver claramente con los problemas de rodaje que comentas.