Resulta curioso que Jim/James Dean aparezca en el primer plano de Rebelde sin causa completamente borracho, pero en el resto del film sòlo beba (de una manera bastante subrayada) leche, alimento materno por excelencia, signo de un tiempo en que el cuerpo del niño está pegado al de la madre. Y es que el pobre Jim lucha denodadamente por separarse de esas mujeres (madre y madre de la madre) que, por su lado, batallan esforzadamente por mantenerlo en el territorio de la infancia. De hecho, Jim se pasa la película implorando que algo del lado de la Ley emerja para detener a esa madre que sólo piensa en alimentarle, empezando por ese padre completamente aplastado, que incluso llega a vestir un ridículo delantal cuando rinde vasallaje a la indestructible deidad materna.
Así las cosas, Jim se vuelve hacia dos modelos antitéticos, Buzz, el líder de los macarras del instituto, el que pondrá a prueba su virilidad, y Ray, el responsable del departamento de menores de la ciudad, alguien que en la primera secuencia del film parece capaz de hacerse cargo de la pulsión del protagonista (aunque, como buen representante del mejor cine postclásico de los 50, a la hora de la verdad falle).
Film de iniciación, Rebel without a cause (aunque la causa esté enunciada explícitamente desde el primer momento) transcurre durante el primer día (y la primera noche) de la estancia de Jim en su nuevo instituto, 24 horas que le darán para tener su primera experiencia con la muerte (primera mitad de la pelícuala) y el sexo (la segunda).
Si en la celebérrima secuencia del desafía automovilístico nos topamos con una de las inscripciones más brillantes que el cine ha dado de la atracción por el abismo (abismo por el que se despeña Buzz, de alguna manera el alter ego demoníaco del protagonista), la larga secuencia que transcurre en la mansión abandonada dibuja una noche de bodas extrañamente onírica, en la que Jim y Judy (Natalie Wood) se pasean por los pasillos y salones de una casa gótica abandonada, perseguidos por ángeles negros (los amigos de Buzz) y acompañados por Platón, el desvalido homosexual que ve en Jim una imagen viril que le vale tanto como sustituto del padre ausente como de fascinante objeto de deseo, componiendo de esta manera un triángulo peculiar en el que el héroe se enfrentará tanto a la demanda de la mujer como a la del hijo, demandas para las que no está pertrechado adecuadamente, dadas las carencias que se dan del lado del padre.
La figura de Platón va adquiriendo progresivamente mayor importancia según se acerca el final y se va fraguando su aniquilación. Abandonado en la mansión por Jim y Judy, asediado por los amigos de Buzz, sufre una regresión definitiva en el planetario, el espacio de las inmensidades donde ninguna palabra parece hacerse cargo de su sufrimiento y su soledad. La aparición de la Ley en su versión más violenta supone su tiro de gracia (literalmente).
Total, que tras un par de décadas desde mi última revisión, Rebelde sin causa me ha parecido extraordinaria, a pesar de que James Dean resulte inverosímil como adolescente que estudia en el instituto.
7 comentarios:
La volví a ver hace poco y volvió a parecerme muy buena.
A mí, desde luego, me ha parecido mejor de como la recordaba.
He mirado en el IMDB, James Dean tenía 24 años cuando la hizo, pero Natalie Wood tenía 17, vamos, que tenía edad de estar en el instituto.
A veces parece que las películas míticas se vean sustituidas en las estimas por las menos conocidas. Ahora que se habla mucho y bien de Nicholas Ray hay mucha motivación a la hora de encumbrar "Bitter victory" (con justicia), pero parece que da más pereza referirse a "Rebelde sin causa", al igual que películas como "Lo que el viento se llevó", "Casablanca" o "Desayuno con diamantes" ya no son vistas en si mismas más allá de la mitomanía que despiertan.¿Cómo ponerte a hablar en serio de "Desayuno con diamantes"?, ¿cómo ponerte a hablar bien de una película cuyas imágenes has visto estampadas centenares de veces durante el paseo de la tarde?.A "Rebelde..." le pasa algo parecido, parece que sólo es James Dean, su prematura muerte etc, y ahí está Nicholas Ray, en cada imagen.
Pues sí, ver a través del peso de la mitificación es complicado.
Rebelde sin causa es un poco extraña, en cualquier caso, el otro día en la Filmo se percibía la dificultad de los espectadores más jóvenes por conectar con ella, y lo he notado más veces con el cine de los 50 y los 60 (Sirk o Minnelli).
off topic
@Susana
http://www.rtve.es/noticias/20110325/cecil-jordan-nueva-york-viaje-vida-gabrielle-bell/419615.shtml
Gabrielle Bell, la conoces ?
No, no la conocía, pero ahora si, :). Seguramente Mercedes que es la experta en comics-novelas gráficas puede apuntar algo sobre Gabrielle. Lo buscaré en mi próxima salida al mundo. Gracias por el apunte.
Pues no sé nada sobre Gabrielle Bell. Pero me lo apunto para cuando salga a comprarme el disco de The Gift y lo busco. A ver si es verdad que es algo "diferente" y no otra novela gráfica sobre el vacío de la cotidianeidad.
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