viernes, 24 de febrero de 2012

Solteros contra casados



Leo con cierta sorpresa que Alta ha pegado un pelotazo con Shame, estrenada el pasado fin de semana en apenas 50 cines y encaramada al octavo puesto del top ten con la media por copia más alta de toda la cartelera; teniendo en cuenta que los Renoir son poco más que una caja de cerillas imagino que habrán estado abarrotados por curiosos ávidos de descubrir si la tranca de Fassbender está a la altura de los comentarios (y chistes) que han circulado sobre ella, si bien yo tengo la impresión de que es (o podría ser) una prótesis, más que nada porque, si mal no recuerdo, en Hunger el actor también salía en pelotas sin que llamara la atención el tamaño de su sexo, sin descartar la hipótesis tampoco de que allí se lo encogieran, que no es lo mismo hacer una huelga de hambre mientras te inflan a hostias que ser un ejecutivo que se va de putas en el mismo plan que un nazareno se va a un vía crucis en semana santa.




En cualquier caso la película de Steve Mcqueen (por cierto, un tipo que nos cayó muy bien cuando le entrevistamos por Hunger en Cannes, y que nos agradeció efusivamente que le hiciéramos preguntas concisas y una entrevista breve sin marear la perdiz) se ha comido a otro de los films importantes del circuito de versión original, Declaración de guerra, de Valerie Donzelli (y Jérémie Elkaim, que aquí el guionista y coprotagonista tiene un papel bastante importante), una comedia que linda con el musical acerca de una pareja de peterpanes que tienen que madurar a pasos agigantados cuando descubren que su hijo pequeño tiene un cáncer muy grave. Si bien al bresson que todos llevamos dentro la propuesta puede hacernos arrugar la nariz al principio (con esa asimilación de elementos tomados sin complejos de la Nouvelle vague con trucos que provienen de la publicidad o de los videoclips o de los reportajes de canal +, y que a los cinéfilos de la vieja guardia nos encanta satanizar), la verdad es que yo caí rendido ante la peli, llena de energía y felicidad narrativa.

(Recupero aquí la entrada que escribimos sobre el paso de Fassbender por Sanse el año pasado para presentar Shame, con fotos de Mercedes)

5 comentarios:

Sergio Sánchez dijo...

Jajaja, eso del bresson que todos llevamos dentro es completamente cierto, y tendemos a lo dogmático.

abbascontadas dijo...

Lei que viste la primera película de la Donzelli. Ésta está bien, si consigues aparcar la adicción a la sobriedad y la depuración.

Sergio Sánchez dijo...

El 10 de junio en mi plataforma de pago favorita y de ahí directa al blog. Ya contaré.

Jesús Cortés dijo...

A mí me gustan mucho las dos de Donzelli, quizá más aún esta, que es más original, más personal.
Se supone que hará más como "La reine...", que era una fantasía, porque esta es igual de impúdica pero ademas real o muy cercana a los verdaderos hechos de su vida.
Combina, como Desplechin, a Blake Edwards con Rohmer o Jerry Lewis, pero es más nouvelle vague aún, con un poco la primera Vardá, un poco Demy, un poco Kast y Rozier y algo rivettiana, que no es mal brevaje.
Rueda de maravilla en distancias cortas (y para hacerlo con una minicámara...), no utiliza la comedia para relajar tensiones sino como otra textura superpuesta, es divertida y tremenda, exultante y chiflada, desqeulibrada pero coherente.

abbascontadas dijo...

La alegría y voracidad narrativa también me recordaron a Desplechin, y su aprovechamiento de la Nouvelle Vague me parece más pertinente y productivo que en Honoré, por ejemplo (aquí citaría el magnífico partido que le saca a la polifónica voz en off).
Muchas ganas de ver La reine des pommes, y de seguirle la pista a la Donzelli