Me he visto en programa doble el Batman de Burton y El caballero oscuro, dos películas casi opuestas en que salen los mismos protas: Batman, Joker y Gordon. Burton opta por un universo extremadamente artificiose que reivindica los orígenes tebeísticos del personaje, mientras Nolan se descuelga con un hiperrealismo que visualmente se agradece, pero que juega en contra de la historia. Si el Joker de Jack Nicholson es un histriónico que encarna una pulsión desatadamente obscena, el de Ledger es el típico psicópata superdotado de diseño al que el cine nos ha habituado en las últimas décadas. Si bien en un tebeo puedes hacer un personaje omnipotente, si te empeñas en hacer una cosa realista no puedes pretender que Joker haga todo lo que hace en la peli de Nolan, y más cuando se ha quemado toda su pasta para justificar su enésimo discurso de filosofía pacotillera.
Hay que decir que en casa El caballero oscuro gana bastante: si en el cine uno acaba cansado de las revueltas manieristas de la trama, en el salón te puedes levantar a tomar unas cervezas y descansar de tanta inverosimilitud. A mí da la impresión de que Nolan descubrió un film modesto y poco conocido de los 60, El hombre que mató a Liberty Vallance, y pensó que tamaña estructura estaba desperdiciado por culpa de la sutileza y elegancia del director, que aquello necesitaba toneladas de sobreexplicación y mucho tormento y autorreflexión de los protagonistas, que igual el espectador no se da cuenta del carácter especular de los personajes. Si a Liberty Valance le pusiéramos los monólogos de Joker nos doblaríamos de la risa, mientras que si lo hiciéramos al revés ganaríamos mucho y ahorraríamos tiempo. La prueba definitiva de que estos chicos son unos cantamañanas comparados con sus referentes es que la chica que se disputan acaba aniquilada, mientras que Vera Miles sobrevivía haciendo la elección adecuada, a sabiendas de que se equivocaba, pero así es la vida, especialmente la de las heroínas del cine contemporáneo.
3 comentarios:
Mi idolatrado Mike Mignola ha reinterpretado el personaje de Batman, desarrollando su sombra lovecraftiana, en La maldición que cayó sobre Gotham. No son sus dibujos (una pena) pero sí es su historia y, aunque no sé cómo de oscuro será el caballero oscuro en su último episodio de la saga cinematográfica, en el cómic da bastante yuyu.
En la peli es un calzonazos y su novia se la pega con uno más guapo
La historia de Mignola no tiene nada que ver: en ella Batman es un ser mitológico, asexuado, un héroe que muta en cuasi inmortal -y no cuento más que es sorpresa- pero con la sombra terrorífica del pecado de su padre sobre su cabeza. Nada marveliano.
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