Dedico el domingo a Chejov y a Chris Marker, y me encuentro en Sans soleil otro homenaje a Vértigo, en este caso muy explícito: idolatrada por su narrador, que se pasa la vida entre Tokyo y Guinea-Bassau, sus dos grandes amores, se marca una tournée por el San Francisco de la película en plan peregrinaje.
No había visto esta película "compuesta y editada" por Chris Marker, que me ha tenido pegado a la tele toda la mañana, ojiplático perdido.
2 comentarios:
Peliculón de aventuras, qué es la aventura si no viajar por el ancho, bello y desconocido mundo, ejem...
Completamnente de acuerdo, un canto deslumbrante a la fascinación y extrañeza del mundo, a lo radicalmente ajeno y extrañamente próximo que nos resulta todo lo humano.
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