domingo, 10 de marzo de 2013

Mi loco Erasmus



Se puede ver Mi loco Esrasmus como la versión suecada de Exit trough the gift shop: ambas pertenecen a ese género perverso de la posmodernidad que es el falso documental sobre un proyecto fracasado, aquí  un intento de reportaje sobre el fenómeno del peregrinaje masivo de estudiantes Erasmus a la ciudad de Barcelona como rito iniciático en el libertinaje capitalista que lleva a cabo un artista desquiciado, un Didac Alcaraz del que es difícil discernir qué parte de lo que vemos es una exacerbación de su verdadera personalidad o si estamos ante un retrato realista de su delirio histriónico, una diferencia que marca la lectura de la película como parodia del mito del artista romántico que trabaja en su torre de marfil (en este caso una tienda familiar reconvertida en almacén de desechos de absurdos proyectos) o como radiografía del devenir demente de ese paradigma del creador contemporáneo, aunque en cualquier caso todo se juega en el hilarante espacio que existe entre las pretensiones de reconocimiento del creador y su patética realidad.

Carlo Padial dedica una pequeña parte del metraje a demostrar que es capaz de hacer un verdadero documental sobre los Erasmus (parte que, de pasada, nos deja un apunte desolador: la Universidad española   forma parte de la estructura del negocio del turismo en nuestro país, antes que a la de la transmisión del saber) para que quede claro que lo que sigue es una ficción (o una parodia de la no-ficción y de sus mecanismos). Bastante divertida, al final se le va la mano en la duración (según consenso generalizado a la salida de su proyección ayer en el Matadero). A señalar uno de los grandes momentos de la historia del documental: aquél en el que la abuela del protagonista se empeña en servir café al equipo técnico que está grabando la supuestamente improvisada conversación entre los dos, una de las más despiporrantes y certeras reflexiones que se haya visto en la pantalla acerca de la manera en el que la invasión de los mecanismos técnicos de grabación modifican la escena que pretenden registrar. 

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