jueves, 2 de marzo de 2017

Patriarcado sin padres

Por razones desconocidas la última película de Bellocchio ha tenido suerte y se ha estrenado en España, aunque la han soltado en las semanas en que el público sólo piensa en verse las películas nominadas para los Óscars, y no parece que las multitudes se hayan arremolinado a las puertas del cine para verla, como si estuviéramos sobrados de grandes cineastas.
Felices sueños comienza donde comienzan casi todas las películas modernas: érase una vez un hijo y una madre, y érase la misma vez un padre ausente. En las últimas semanas me he visto Le fils de Joseph, Arrival y (hasta cierto punto) Jackie con un punto de partida similar: una esfera cerrada en la que conviven madre e hijos y de la que está excluida, por muy diversas razones, la figura paterna. Luego los desarrollos difieren, muere la hija, muere la madre, el padre reaparece o la puesta en escena lo oculta.
En Felices sueños la madre está marcada por el estigma de la muerte, pero para el hijo brilla con el fulgor de la imago primordial. Esa imago desaparece y el sujeto se queda colgado. Hay que decir que The searchers también comenzaba así, pero allí estaba Ethan Edwards para llevarse a Martin de paseo iniciático por el desierto para posibilitar que otro objeto de deseo se hiciera visible y deseable. Como Bellocchio es un director moderno, Massimo, su protagonista, no tiene tanta suerte y se tiene que conformar con un padre de andar por casa, que intenta entretenerlo llevándolo al fútbol pero que es incapaz de cortar el lazo incestuoso y siniestro que le une con su madre muerta (lo más parecido que se encuentre en su camino es un cura bastante presentable que le intenta anclar en el principio de realidad).
¿Qué pensar de Elisa/Berenice Bejo?¿Es la vía objetal mediante la que Massimo escapa a su impasse? Pues no está muy claro, a tenor de esa escena alucinada en la que ella pone en escena el fantasma de la muerte de su madre en clave acuática, el plano final vendría a indicar un fracaso en ese sentido.
Por si no ha quedado claro, que quede dicho que Felices sueños me ha encantado.

2 comentarios:

Jesús Cortés dijo...

A mí tambíen me parece una gran película. Quizá la mejor que haya hecho Bellocchio.

abbascontadas dijo...

Yo guardo un inmejorable recuerdo de La sonrisa de mi madre (que no he vuelto a ver desde su estreno), pero de su obra posterior sólo he visto lo que se ha distribuido por estos lares.
Y me parece que este estreno ha pasado bastante desapercibido, que hasta diría que Eugéne Green ha hecho más ruido, aunque sólo sea porque se ha dejado caer por aquí (por juntar mis dos estrenos favoritos del año)