lunes, 11 de octubre de 2010

Cine, cine, cine, cine


He vuelto al cine! Casi después de catorce meses (la edad de mi hijo!) he vuelto al cine. Lo de menos es la película, lo increible, la experiencia. Lluvia en Madrid, día de otoño, paraguas y gabardinas, la tarde ideal para ver una película. Vamos a los Princesa y al entrar tengo la sensación de que ya estuve allí antes, pero no hace un año, sino el fin de semana pasado, como si este lapsus temporal no hubiera ocurrido nunca. Entramos en la sala y todo, el sonido de las pisadas amortiguadas por la moqueta, el roce de los abrigos al quitarse, el olor del tapizado de las butacas, las palomitas ... son viejas conocidas sensaciones. Se apagan las luces, el haz del proyector se dirige a la pantalla, ¡y ya está! La publicidad, los trailers, las cabeceras de la distribuidora, sube el sonido y tenemos por delante noventa minutos para pertenecer a otro mundo. ¿Cómo he podido sobrevivir tanto tiempo sin esto? Un rato antes, bajando por Gran Vía, entramos en el Cine Avenida, ahora reconvertido en tienda de H&M. Sensación extraña, reconozco el espacio pero ya no es el mismo, claro, la estructura interna del edificio se ha mantenido y ahí siguen el hall, las escaleras que suben a derecha e izquierda al primer piso, el mármol del suelo, las pinturas del techo, ¡hasta la araña! Pero es imposible que se proyecte nunca más una película en ese lugar, lleno de percheros con ropa, mostradores con accesorios y música insoportable de fondo para ambientar. Me da pena, pienso que si el edificio hablara echaría de menos la actividad para la que fué concebido. Yo no era el público habitual del Cine Avenida, ni otras muchas grandes salas de la Gran Vía, pero lo recuerdo bien de cuando era pequeña y no me había apuntado todavía a la versión original y sobre todo de los preestrenos de cine español. Y todas esas salas eran fantásticas, llenas de gente, todos suspirando o riendo o bostezando al mismo tiempo. Ahora que podemos ver cine en casa con una calidad de imagen y de sonido óptimas, se nos olvida cómo era el cine en origen: una experiencia colectiva.

1 comentario:

Aineta dijo...

Bien hallada! A qué es todo un acontecimiento volver al cine después de esa separación forzada?