viernes, 13 de mayo de 2011

Primera cola



Como tengo una acreditación de segunda (lo que no está mal, porque las hay de tercera y de cuarta) me toca esperar cola en la sala Debussy, dedicada sobre todo a Un certain regard, pero que a las siete de la tarde adelanta una de las películas de la sección principal que se proyectarán el día siguiente. Aquí me metí a ver Polisse, una de esas películas realistas francesas corales en que siguen a un grupo de profesionales en contacto con la dura vida de nuestras ciudades (bueno, de las ciudades francesas). Se podría esperar que Polisse fuera una mezcla de La clase y L627, ya que se centra en un grupo de la policía parisina dedicada a la protección de menores, y la espera sería recompensada con el premio del acierto, con la salvedad de que Polisse es peor que sus estimables modelos. Maiween, la directora y actriz, parece que es un personaje de cierta relevancia en los media del país vecino, pero mis fuentes tampoco me aclaran mucho. El caso es que le han dado un dinerillo para hacer algo apañado que naufraga, sobre todo, por incompetencia en el realización: esta chica se mete en charcos a los que ningún realizador con un pelín de talento se acercaría. Y siempre conviene recordar que la cámara es siempre muy golosa y que un buen director debe entregarse a cierta anorexia visual, porque no todo lo que polariza la pulsión visual suma al producto final.

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