miércoles, 10 de octubre de 2012

Lo Imposible/Real del cuerpo materno



El tsunami llega en Lo imposible en el mismo momento en que los indios hacen su aparición en The searchers, cuando el héroe adolescente toma consciencia del cuerpo materno como cuerpo de goce (la película de Ford es mucho mejor que la de Bayona, que nadie se asuste). Si en ambas películas el paraíso original queda arrasado con la inevitable llegada de la pulsión sexual, el periplo del sujeto será opuesto en ambos films, como corresponde a dos momentos opuestos de la historia del cine. En Lo imposible Lucas queda indefensamente expuesto a lo real/aniquilador del cuerpo de la madre. En la mejor escena del film, tras las furiosas acometidas del mar (explícitamente nombrado como una deidad femenina en un plano en el que una enorme luna llena rige sobre las aguas calmas la noche previa al desastre), el joven no puede soportar la vista del cuerpo doblemente desnudo  de (una magnífica) Naomi Watts: el seno descubierto por la violencia pulsional del tsunami, esa otra superficie que cubre el horror del cuerpo y que es la piel también empieza a desgarrarse mostrando lo que se esconde tras la imago fascinante del objeto de deseo absoluto. Si esta parte en la que el protagonista asiste indefenso a la descomposición de la imago materna es muy interesante, Lo imposible deviene un inane artefacto en cuanto se dirige hacia la figura del padre, un McGregor tan insípido como la peripecia en la que se embarca, y que Bayona parece exacerbar melodramáticamente para encubrir su falta de interés.

1 comentario:

Sergio Sánchez dijo...

Ya sabía yo que incidirías de forma tan bien escrita y descrita en el único tema interesante de la película.