martes, 5 de mayo de 2009

El discurso vacío


"Hoy me desperté con una marcada sensación de disgusto conmigo mismo. Ese disgusto tiene que ver, según he podido percibir, con el hecho de llevar ya demasiado tiempo -demasiados años- viviendo fuera de mí mismo, ocupándome de cosas que suceden fuera de manera exclusiva. Y, de todos modos, cuando en algunas oportunidades he logrado llevar la mirada hacia dentro, no me he conectado con las partes más sustanciales de mí mismo, sino con los aspectos más triviales, "subconscientes".(...) Esto quiere decir que percibo las cosas superficialmente, que no tengo vivencias, que estoy apartado del Ser Interior; demasiado apartado, y sin tener la menor noción de los caminos posibles para acercarme. No importa qué es lo que se está viviendo cuando uno está apartado de Sí Mismo, todo carece igualmente de peso, todo transcurre sin dejar ninguna huela memorable."
Mientras termino unas entradas sobre El tigre de Esnapur y Eva al desnudo, que hay que ver lo difícil que es escribir sobre las películas que te gustan, aunque sólo sea para no desmerecer en exceso de ellas, copio un fragmento de Levrero, mi escritor de cabecera del momento, recurso eficaz y socorrido cuando se está más o menos empantanado y se necesita algún tipo de impulso para escapar a la parálisis.

No hay comentarios: