sábado, 5 de marzo de 2011

El misterio Gondry


Ayer estuve viendo La ciencia del sueño con Mercedes, y a los dos nos gustó. Si fuera un crítico o un teórico, le pondría bastantes pegas a este film, y a su hermano gemelo Olvídate de mí, pero como no lo soy voy a intentr explicar(me) las razones por las que las películas románticas y rematadamente naifs de Gondry tienen una nutrida tropa de seguidores.

La ciencia del sueño es una película sobre el primer amor, una experiencia universal y adolescente en la que todavía no emerge (o estorba) el cuerpo sexuado. Es más bien una experiencia de fusión imaginaria. Lo peculiar de Gondry es que sus protas no son chavalines, sino hombres y mujeres hechos y derechos. Sin embargo, resulta obvio que lo que García Bernal (Stephane) busca en Charlotte Gainsbourg (Stephanie) no es una partenaire erótica. Todo lo contrario, lo que quiere es un alma gemela con quién poder compartir ese mundo de fantasía onírica en el que vive casi permanentemente instalado. Una buena elección de casting hace que a la Gainsbourg la veamos (casi) siempre con ese delgadísimo look andrógino que se gasta. En la única escena en que aparece "disfrazada" de mujer, Stephane se derrumba (literalmente: se emborracha hasta acabar inconsciente), ya que la descubre/imagina como cuerpo sexual con su demanda de goce a cuestas, lo que le resulta insoportable: aterrado, será incapaz de afrontar una simple cita con ella.

Con estos mimbres cualquiera podría imaginarse que La ciencia del sueño está abocada a la psicosis, pero Gondry se pone incondicionalmente de parte de su personaje (y de su hermoso e infantil imaginario), y como ya ocurriera en Olvídate de mí, finiquita el texto antes de que sus protas masculinos tengan que afrontar en serio la demanda de la mujer. Por supuesto, ésta está presente en ambos films, y en los dos casos mediante dos personajes maduros, figuras paternales obscenas que tienen el "mal gusto" de irse a la cama con chicas (o al menos pretenderlo). Pero si en Olvídate de mí el dueño de la clínica estaba pintado con caracteres bastante negativos, el Guy de La ciencia del sueño, un divertidísimo Alain Chabat que se pasa la peli "recordando" a Stephane que lo que tiene que hacer es follarse a Stephanie (habitualmente con estos términos), funciona como un anclaje en la cordura, un destinador que recuerda al protagonista que el destino ineludible de todo cuerpo es chocar con la experiencia sexual, por mucho que uno se refugie en mundos imaginarios.

1 comentario:

Periódico cnt dijo...

Creo que lo mejor de la peli es efectivamente este Guy, trasunto de Sancho que le recuerda a Stephane las realidades de la vida a grito pelado (en el trabajo hay que ser puntual o al menos parecerlo, las chicas están para disfrutar y morrearse con ellas). Con una de las cosas que más me reí fue con la secuencia onírica en las pistas de esquí y Guy -ese anclaje a la cordura como bien llama Enrique- gritando: ¡The goat on the cliff!!!
Quien quiera saber lo que es, que lo busque en google.