sábado, 19 de marzo de 2011

Metro y adrenalina


Lo primero que pensé al poco de empezar a ver el Pelham 123 de Tony Scott es que ni el director ni el guionista ni el productor ejecutivo habían pisado un vagón de metro en las últimas décadas. No he estado en Nueva York (ni en casi ningún sitio), pero que a las dos de la tarde sólo vayan 17 personas en un vagón de metro más bien corto, de cualuqie ciudad del universo mundial, no se lo cree nadie. Y ninguno de los afortunados pasajeros (todos sentados, lo nunca visto) va leyendo. Pero el pasmo de los pasmos ocurre cuando descubrimos que el alcalde de Nueva York... también va en metro a currar! Y sin escolta ni nada, sólo con un ayudante.

Si bien Scott imprime a su peli el montaje tipo montaña rusa al que nos tiene acostumbrado, lo que obliga, por ejemplo, a los malos a ser unos psicópatas pulsionales (por culpa de la edición, que no por su biografía), el espectador no puede dejar de preguntarse las razones por las que la bolsa se hunde porque hayan cogido a unos rehenes en un vagón de metro (o por qué nadie en la ficción recuerda haber visto la versión precedente de esta misma historia, lo que sí hubiera tenido gracia).

A pesar de que el estilo anfetamínico se impone sobre el resto de los elementos del relato (personajes, diálogos, espacios, tempo), a Pelham se le cuela una escena estupenda, que se ve que un día se les coló un buen guionista en el equipo, aquella en que el malo malísimo obliga al héroe a confesar públicamente (delante de todos sus compañeros de trabajo) el "pecado" que ha deteriorado su impoluta imagen pública, y cuya salida a la luz (al espacio de lo "sabido) le coloca en una situación de inferioridad moral que dirige su comportamiento posterior. Desgraciadamente el film tira por la borda todas las posibilidades que se abrían a partir de este buen nudo narrativo con un ampuloso y trivial cierre de redención de andar por casa (marca de la casa, que ya otras obras recientes del director pecaban de lo mismo), que por alguna razón debe de estar prohibido trabajarse la resolución de estas películas.

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