Considerar Virgen a los 40 la primera película para cine de Judd Apatow parece un poco exagerado, dado que la mayoría de los gags y la planificación de las secuencias parecen pensados para la tele. Da la impresión de que el guión original estaba diseñado para una serie, y lo tuvo que adaptar a un largo, con lo que el resultado final queda algo amorfo y se resiente de bastantes irregularidades, aparte de que a Apatow, por las razones que sea, se le va la mano siempre en la duración de sus filmes.
Tampoco está muy claro de donde viene la extraña misoginia que aquí se persibe: el prota es un cuarentón que defiende a capa y espada su preadolescencia, convertida su casa en un fortín donde no ha penetrado el desequilibrio de la diferencia sexual. Pues bien, cuando sus amigos se ponen manos a la obra para que se estrene en la cama, aquello se convierte en un desfila de majaderas y frikis sexuales bastante agresivas, sin que yo alcance a descubrir entre mi amplio espectro de amistades femeninas nada ni remotamente parecido.
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