miércoles, 3 de octubre de 2012

Notas desde Sanse: Argo, o la pulsión arrasa donde el relato se erosiona



Así de derrotados y felices lucíamos el último día de nuestro agotador periplo donostiarra, después de haber cargado nuestros camiones y apenas haber visto cine (de hecho, Mercedes no se ha visto ninguna peli, por lo que voy a arrastrarla a la Filmo a ver lo más granado de la filmografía de Franju).
Pero como no quiero dejar huérfano de conocimiento a mis discípulos-lectores derramaré sobre ellos la llama de la sabiduría a propósito de las dos o tres películas que he visto en condiciones aceptables, esto es, sin quedarme frito.

Y empiezo con Argo, que aterrizó por aquí el primer fin de semana en Sección Oficial Fuera de Concurso, una categoría festivalera especialmente ridícula y sinsentido, pero con la que tragan todos los festivales del mundo. Según me contó Rebordinos, los productores lo quisieron así, imagino que sabedores que estas pelis nunca ganan en un certamen europeo.



Argo es muy buena. Como los grandes relatos, comienza con el pecado original: el golpe de estado que entre británicos y estadounidenses organizaron para echar a Mossadegh de la presidencia de Irán cuando éste decidió que las compañías occidentales dejaran de robar el crudo persa. Este prólogo es clave, ya que saca al film de la dialéctica de buenos y malos, aunque Affleck luzca un careto calcado a Chuck Norris, y lo inscribe en la corriente contemporánea de textos que reflexionan sobre las consecuencias de la abolición del relato en nuestra sociedad. De esta manera pueden ligarse dos imágenes muy alejadas, el asalto a la embajada norteamericana en Irán por las masas islamistas y el emblemático letrero de Hollywood convertido en ruinas cuando el héroe vuela a Los Ángeles, y es que sólo los textos pueden construir un espacio para que la pulsión no devenga una fuerza que arrase la civilización. Cuando estos se degradan (convirtiendo el relato mítico de Jassón y los argonautas en una demencial serie Z) o se traicionan (derrocando dirigentes democráticos para instaurar tiranías que favorezcan la criminal voracidad de las grandes compañías capitalistas) es inevitable que lo Real emerja en su aspecto más arrasador.

No hay comentarios: