Como ando en la luna, intentando recomponer el desastre financiero de las aventuras cinematográficas, me pierdo los acontecimientos verdaderamente importantes que suceden a mi alrededor; afortunadamente Susana no deja que me hunda en la ignorancia más abyecta y me provee de material para sesudas reflexiones acerca de nuestra época y sus sorprendentes ritos.
Así, la noticia del día por estos lares ha sido el bautizo laico del hijo de Caye, que es como nombramos a Cayetana Guillén Cuervo; como es de imaginar el cachondeo ha sido mayúsculo, y más teniendo en cuenta que en vez de una ceremonia más o menos discreta han montado un sarao considerable con el inefable e infaltable Zerolo oficiando de sacerdote laico, sacerdote que ha dejado una perla teológica que provocará profundas disputas teóricas en el futuro al afirmar que los bautizos de este tipo deberían dejar de ser "actos simbólicos", sin que se sepa muy bien qué es lo que pretende que sean ni qué es lo que entiende nuestro concejal por acto simbólico.
Caye no se ha quedado atrás al afirmar que aunque se le llame bautizo laico no tiene nada que ver con la ceremonia religiosa, para acabar afirmando que "es más como cuando se bautiza un barco o un edificio".
No le falta razón a Calasso cuando repite que nuestros ritos se levantan sobre las ruinas de los antiguos dioses, y cuando sugiere que en el cambio se pierden bastantes cosas, aunque habría que añadir que, desgraciadamente, lo que más deprisa ha hecho mutis ha sido el sentido del ridículo.
(La inclusión de Leire en el título se debe a que Susana también me ha mandado una entrada en Youtube en la que Leire Pajín habla del acontecimiento cósmico de la próxima temporada, dos presidentes progresistas a ambos lados del océano, Obama al frente de Estados Unidos y Zapatero comandando con paso firme y progre los destinos de Europa; esto habría que comentarlo al estilo Karl Krauss, poniendo unas simples comillas a la transcripción literal del discurso)
1 comentario:
Como apunte al ridículo bautizo laico, hago constar que para más bochorno la 'madrina' del crío fue la cursi de Amaia Montero, ex-oreja de Van Gogh.
Estoy totalmente de acuerdo con Enrique. Si los modernos quieren celebrar cosas, que se inventen algo de cero empezando por el nombre.
Reciclar tradiciones religiosas de esta forma chapucera es una demostración más de que la educación que recibimos en la infancia tiene una sombra más larga de lo que muchos modernos de postal se piensan. Y las semillas católicas siguen fructificando, aún de retorcidos e insospechados modos.
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