lunes, 14 de diciembre de 2009

Wakefield & wife



Wakefield es el cuento más conocido y reverenciado de Hawthorne, no tanto la historia de un hombre que abandona su apacible y victoriana casa familiar para irse a una especie de exilio de la normalidad burguesa a la vuelta de la esquina, como las divagaciones a las que se entrega el autor al recordar vagamente esa noticia. Porque la modernidad del relato viene de que no se nos narra lo que pasa por la cabeza de Wakefiel y esposa (abandonada), sino lo que el autor supone que debió de ocurrir.

El cuento es muy bueno, y para el que no lo conoczca merece la pena leerlo (http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/hawthor/wakefiel.htm), y es notoriamente más breve que el Bartebly con el todos estamos tentados de compararlo.

Eduardo Berti inventa un artilugio igualmente literario para expandir el relato original hasta una novela que nos da paso a la experiencia del abandono desde el punto de vista de la mujer de Wakefield y del resto de los personajes domésticos que en el realto original no eran más que sombras. Este spinof narrativo no es novedoso (el ejemplo que se me ocurre en seguida es Ancho mar de los Sargazos, en el que Jean Rhys se pone de parte del personaje "tachado" de Jane Eyre, el de la esposa del protagonista encerrada en una torre) pero tiene gracia. Berti evita hacer un pastiche decimonónico y se vale del truco de que la mujer descubra en seguida que su marido se ha escondido en una fonda a tres minutos de su domicilio conyugal. La ampliación narrativa de pie a que Berti describa la suicida lucha que los tejedores llevaron a cabo contra la mecanización de la industria, que llevó en masa a los artesanos al paro y a la caída de salarios a prinicipios del XIX.
En el cuento de Hawthorne se nos informa de que Wakefield volvió a su casa 20 años después de haber salido de ella como si no hubiera pasado nada, no sé si en la ficción de Berti sus personajes se mostrarán sumisos a sus ilustres precedentes.

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