martes, 5 de octubre de 2010

To have and have not


Todos los que participaron en el rodaje de To have and have not se lo debieron de pasar tan bien que repitieron un par de años después en El sueño eterno: no sólo Haward Hawks, Humphrey Bogart y Lauren Bacall; también hicieron doblete William Faulkner y Jules Furthman en el guión, y el director de fotografía (Sid Hickox) y el montador (Christian Niby) aparecen en los títulos de crédito de las dos películas.

Tal vez la idea era hacer Casablanca 2 (o más bien una especie de parodia), pero se ve que cuando vieron en pantalla la descomunal fotogenia de la jovencísima y muy delgada Lauren Bacall Faulkner y Furthman se pusieron a escribir duetos para la pareja como locos, y toda la historia de resistentes franceses y malos de la gestapo se quedó para los márgenes. De hecho, si la peli resulta tan moderna hoy día es por el adelgazamiento narrativo de la supuesta trama central, que tan a pitorreo se toman que el film se finiquita cuando todos los protas se montan en el barcichuelo de Bogart rumbo a la Isla del Diablo a acometer La Gran Acción Heroica que va a salvar a la humanidad como quien se va de picnic.

Rodada dos años después que Casablanca, resulta desconcertante el escandaloso desprecio que aquí se muestra por los franceses: el supuesto héroe de la resistencia que Bogart tiene que pasear en barca resulta ser un cantamañanas que carga con su mujer (con taconazos para pasar desapercibida por la Martinica en plena Guerra Mundial) en sus labores de resistencia, mujer que acaba resultando un zorrón impertinente presta a agradecerle mediante favores sexuales a Bogart sus desvelos por el héroe franchute.

En uno de los muchos chistes que jalonan esta divertidísima película, la mujer le cuenta a Bogart que. si acompaña (inverosímilmente) a su marido, es prácticamente porque les da la gana a los guionistas, para darle así vidilla a la peli mediante la competencia erótica que mantiene con Bacall por llevarse al catre a Bogart (duelo fácil de saber quién va a ganar).

Salvando un par de escenas en el mar y en el muelle, aquí todo ocurre en el bar/hotel donde vive Morgan/Bogart, dividido en tres espacios: el social donde la gente toma copas, el sótano donde transcurre la trama política, y, sobre todo, la habitación del prota, un espacio por donde van pasando todos los personajes: mujeres, amigos, malvados, conspiradores... Se podría decir que la diferencia entre el cine de aventuras clásico y el contemporáneo es que en el clásico el héroe no se mueve y el conflicto gira a su alrededor, mientras que en el contemporáneo el protagonista crea la narración al trasladarse compulsivamente de lugar, con esa manía de los Bourne, Bond y compañía para recorrerse varias veces el mundo en cada peli.

No hay comentarios: