jueves, 13 de enero de 2011

Raúl Ruiz (I) A propósito de Misterios de Lisboa



Tenemos el proyecto de extender más la película, o sea, de usar otro libro de Castelo Branco que se llama El libro negro del Padre Denis. Los americanos lo llamarían precuela, o sea, que viene antes. Sería la historia de ese personaje extraño que es el Padre Denis. Por que es muy extraño, se supone que es un cura catçolico, pero después es muy raro, resulta que es soldado de Napoleón, probablemente masón, porque en su cuarto negro tiene una cruz con un triángulo y un ojo. Es un poco un heresiarca, el hetrerodoxo. Y el libro da entender que, al final, parte al Oriente, si se ha vuelto budista, o hinduista.

Ahora, lo importante, para mí, de la estructura del folletín, es el conflicto que tengo yo con las estructuras en tres actos. Justamente, en las estructuras de conflicto central todos los elementos tienen que coincidir dentro de la imagen, todos los elementos de la puesta en escena tienen que apuntar a una lógica narrativa muy fuerte. Y eso le quita muchas posibilidades al espectador para que ponga la película que él mismo se está contando.

Vamos a ponernos profesoriles, porque yo doy clases de cine a veces. A ver como lo contamos... El sistema americano actual narrativo se conoce como el paradigma de Bordwell. Bordwell, que es un caballero muy simpático al que conocí una vez, escribió un libro sobre el cine americano en el que hizo una cosa muy fea, para mí, que es que separó el cine entre industrial y experimental. Este es experimental, entonces tiene que ir a una parte del festival, no sé, contracorriente, lo que sea. No, este sí, es mainstream, comercial, industrial. Yo estoy en contra de esa clasificación, no quiero abandonar la parte narrativa, industrial, no veo por qué. Trabajar con actores conocidos por un lado, con presupuestos fuertes, y por otro trabajar con una cámara más chica que la de usted, que no es tan chica [una Betacam], y poderme mover como hacen los músicos, que hacen una sonata para violín solo, y una ópera o una sinfonía con coros.

Esta cámara no tiene nada de pequeña, se necesita más gente que para un satélite soviético. Se llama Génesis, es una panavisión digital que es complicadísima. Ahí yo me siento, no sé, un poco huérfano; yo, que siempre me he interesado por ciertos aspectos técnicos, me encuentro aquí de repente con una cámara para la que se necesita mucha gente, y es un poco malsano, porque la gente dice: "Se acabó el rollo", y aquí no hay rollo, es un disco duro,; o dice: "Check the gate", comprueba la ventana, y no hay ventana. Es un perfecto y completo simulacro.

(En este momento le traen un café y se lía con agradecimientos en varios idiomas)

Entonces, lo interesante de esto, las posibilidades de esta cámara no son las del digital; en el digital que conocemos todos siempre se dice "no hay que mostrar planos largos", "no hay que mostrar paisajes", preferencia del primer plano; acá no es el caso, acá es al revés: el exceso de primeros planos hace perder, hay que mostrar justamente,... hay que mostrar..., SE PUEDEN mostrar los personajes en plano general. El plano general, a veces, no requiere un primer plano de complemento; y que al revés, el primer plano, de repente, no concretiza energía, no produce energía, sino que libera energía, es decir, empobrece.

Entonces de repente, el decorado, el entorno es mucho más importante, y eso es completamente nuevo en cine. Yo creo que el cine pasó por algo de eso cuando se inventó el technicolor, que como era muy difícil de instalar los directores estaban obligados a trabajar con planos largos, con tendencia al plano secuencia, por muchísimas razones. Aquí es un poco el caso, la Génesis puede reproducir la calidad del 35, puede hacer más que el 35, y es menos implacable que la RED; de todas maneras todo el que trabaja en el modo tradicional tiene que pasar por el digital para el proceso de post-producción: el digital ganó; a mí me encanta el 35 mm, pero como decía Maquiavelo en la polémica entre el latín y la lengua vulgar. Él decía: "No, sí a mí me encanta el latín, pero todo el mundo habla en lengua vulgar".

(Entrada dedicada a Sire, con algo de retraso, cierto es. La entrevista tuvo lugar durante el pasado Festival de San Sebastián, y queda una segunda parte, que no sé si podré transcribir antes de los Goya, el castigo laboral en el que ando metido. No he pulido los defectos inevitables de todo discurso verbal, repeticiones, inconsistencias, lapsus...)

2 comentarios:

Sire dijo...

una delicia, muchas gracias Abbas, y eso de extender el personaje del padre Denis, todo un regalo :-)))

gracias gracias por la dedicatoria, que esta peli me apasiona :-))

abrazos

abbascontadas dijo...

Hola, Sire;

ayer la volví a ver, en excelente proyección digital; al final Wanda la saca en unas pocas copias el 18 de marzo.

Saludos!