jueves, 28 de junio de 2012

The mechanic



Jason Statham tiene la extraña cualidad de conseguir que las pelis que protagoniza parezcan todas de serie B, algo que antaño también le pasaba a Van Damme, independientemente de la pasta que se invirtiera en el film (que en ninguno de los dos casos imagino que será mucho). The mechanic está dirigida por un tal Simon West, al que le deben de dar los proyectos que a Michael Bay le parecen poca cosa. Lo más desconcertante de este producto es que en los títulos de crédito aparece un nombre como autor del argumento, que si a alguien le han pagado por pergeñar esta historieta es que el cine se ha vuelto loco: un asesino a sueldo que trabaja para un emporio recibe el encargo de matar a su maestro, mentor y padre simbólico. Hasta el espectador más tonto sabe que es una trampa, pero el panoli se lo carga, y carga luego con un hijo conflictivo del finado, al que instruye en el oficio. Total, que uno espera entre mamporros que a) el panoli descubra que aquello fue una trampa b) que el chaval se entere de que su maestro actual fue quién asesinó a su padre c y d) que tan originales líneas argumentales encuentren sus esperables desarrollo y conclusión. Para llevar a buen puerto semejante tarea el tal West tira de dos figuras retóricas: un brillante uso de la elipsis que permite al dire ahorrarnos a los espectadores los tediosos detalles de como el killer (por ejmplo) accede vestido de buzo a la piscina de un narcotraficante protegido por sofisticadísimos sistemas de seguridad y un ejército de guardaespaldas, y una audaz utilización de los diferentes tamaños de plano: plano muy general de unos tíos escalando una fachada, plano detalle de una rosca que se quita, y ¡hala!, en el siguiente plano ya tenemos a los muchachos metidos en el sancta sanctorum de un edificio impenetrable. Otro invento genial del moderno cine de acción es la costumbre de montar las secuencias de acción con planos tan breves que no se entiende lo que pasa, pero que permite muchas alegrías narrativas ¿que al bueno le apuntan ocho tíos a la cabeza con metralletas? Pues nada, en el montaje sacas al tío disparando, y a los ocho recibiendo impactos, y en segundo y medio ya tienes a todos por el suelo con la cabeza reventada.


3 comentarios:

Sergio Sánchez dijo...

Hombre, si, Simon West es el director de "Con air", otra ilustre representante de ese cine en el que no ves nada ni te enteras de nada.

Teo Calderón dijo...

Supongo que las líneas que dedicas a "THE MECHANIC" podrían ser aplicables a la mayoría de los thrillers de acción que se ruedan de unos años a esta parte con el "mazas" de turno.
Si tenía pocos deseos de ver esta película, ahora ya la he descartado definitivamente. Además, por lo que escribes, acabo de caer en la cuenta de que se trata del remake de un pretencioso bodrio que sufrí en una sala de cine, hace ya casi cuarenta años (supongo que he de darle las gracias a mi memoria).
Era un thriller sobrecargado de violencia, retitulado en España "FRIAMENTE, SIN MOTIVOS PERSONALES", que dirigía el fumista Michael Winner y protagonizaban Charles Bronson, Jan Michael Vincent y Keenan Wynn, exactamente con esa línea argumental que describes, adere­zado el asunto con las obligadas secuencias de persecuciones automovilísticas y explosiones varias.
Un saludo.

abbascontadas dijo...

Pues es vedad, Sergio, el caso es que el nombre me sonaba de algo. La verdad es que el tío ha ido patrás, porque Con air sí tenía pasta, aunque fuera para pagar al elenco.

Teo, supongo que la peli del Bronson tenía la misma trampa que ésta: se supone que el prota es un asesino profesional y despiadado, pero sólo se carga gente desagradable: un narco, un traficante de armas cocainómano, un líder bastante obsceno de una secta delirante.
Y te la puedes ahorrar perfectamente, vamos, ocn lo que hay que ver todavía...