viernes, 14 de junio de 2013

Diarios solitarios



Un tedio que incluye la anticipación de más tedio todavía: la pena de sentir mañana pena por haber sentido pena hoy -grandes marañas sin utilidad ni verdad, grandes marañas...



Pienso que mi experiencia actual no es nada, y que mi experiencia pasada lo es todo. Ninguna experiencia que pueda tener hoy es comparable a la experiencia de mi niñez. Y no sólo es esto cierto, sino que, hasta donde puedo recordar, he referido siempre mis experiencias, de modo inconsciente, a un estado de existencia previo. Mi vida era éxtasis. En la juventud, antes de que perdiera mis sentidos, recuerdo que estaba vivo y habitaba mi cuerpo con satisfacción inexplicable; tanto su cansancio como su frescura me eran dulces. Recuerdo como me asombraba. Buscaba en los libros experiencias parecidas y, es extraño decirlo, no encontraba ninguna. Incluso con toda la ciencia del mundo, ¿es posible decir cuándo y cómo entra la luz en el alma?

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