jueves, 8 de enero de 2015

El enero de Mickle



Los incomprensibles designios de la distribución en nuestro país harán que las dos últimas películas de Jim Mickle, la caníbal We are what we are y el noir sureño Cold in July se pisen en nuestras pantallas, si bien lo que podría ser uno de los acontecimientos cinematográficos del año (al fin y al cabo el bueno de Jim es asiduo de Sundance, Cannes y Sitges, festivales molones donde los haya) parece que va a pasar desapercibido.

Y es una pena, porque si Stake land me parece la peli de vampiros más disfrutable de los últimos años (sí, sí, mejor que el tristerío cool de Jarmusch) Frío en julio es cine negro realmente sorprendente aunque su tema recorra todo el cine norteamericano reciente, la añoranza y la imposibilidad de la filiación simbólica en nuestro tiempo.

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