martes, 10 de febrero de 2015

El Sur abolido


   No hay libro sobre Ford que no repita la cantinela de que El juez Priest es una película bucólica y nostálgica, aunque nunca quede claro qué nostalgia iba a tener el director del Kentucky de 1.890, que evidentemente sólo conocía por los libros. Particularmente lo que más me llama la atención de la película es la marcada ausencia de "masculinidad" que afecta a los protagonistas, ejemplificada en la interpretación de Stepin Fetchit, la asexuada pareja negra que se echa Will Rogers, en las antípodas de la iconografía fálica con la que Ford presentaría a Woody Strode en El sargento negro y El hombre que mató a Liberty Vallance. Ford nos muestra un Sur prácticamente castrado, tiranizado por las mujeres, absorto en su derrota mediante ritos satirizados en la película, como la famosa interpretación de Dixie por una improvisada orquestina de negros.


   Esta visión de un Sur "afálico" sería corroborada por ese extraño gag de El prisionero del odio (un par de años posterior al Juez Priest) en el que el padre de la mujer del protagonista, eternamente disfrazado de caballero sureño, se queja de la palabrería de los abogados para alardear de hombre de acción enarbolando su sable toledano (siendo la espada un emblema del falo que recorre toda la obra de Ford), un regalo de "Stonewall Jackson" (uno de los más brillantes generales de la Confederación), para a continuación soltar a su hija que le darán por él al menos 150 dólares, lo que inmediatamente degrada ese mismo sable de la condición de símbolo a la de mera mercancía, rebajando así también el estatuto del personaje (del que Ford, en cualquier caso, ya se ha molestado en señalar de varias maneras que no es más que un charlatán).

2 comentarios:

Sergio Sánchez dijo...

Entendemos que nos escribes desde la Cinemateca de París en plena retrospectiva de John Ford y a punto de ir estos días carnavalescos a uno de sus bailes de disfraces cual Woody Allen en "Everyone says I love you".

(Impresionantes esas pildoritas fordianas. Retorno a mi pasmado silencio.)

abbascontadas dijo...

Ya me gustaría a mí, que todavía hablamos con nostalgia del ciclo de la Filmo de hace 30 años.