miércoles, 18 de enero de 2017

Mizoguchi en nuestros días

Decidí marcharme de la sala donde aguantaba estoicamente el soporífero desarrollo de Silencio (era un pase de prensa y me daba corte que me pillaran huyendo de la sala a los quince minutos, que soy así de considerado) en cuanto apareciera la inevitable secuencia con una barca entre brumas, ya que era poco probable que Scorsese resistiera la tentación de mostrar sus conocimientos de Mizoguchi. Lo cosa fue rápida y así me ahorré más de dos horas de lo que debe de ser una de las pelis más aburridas que he visto nunca, a tenor de su primera media hora (es de imaginar que Scorsese también conoce Palabra y utopía, así que alguna idea de como hablaban los jesuitas portugueses en el XVII debe de tener).

Me he encontrado otra cita mizoguchiana en la estupenda Marguerite et Julien, una más en la extensa lista de películas que nadie estrenó en España probablemente por la inquina con la que fue recibida por la horda de analfabetos (aka críticos cinematográficos) que cubren los festivales para los medios españoles (aunque supongo que en todas partes cuecen habas) en el Cannes del 2015, y que estos días recupera Filmin, plataforma que debería tener más reconocimiento ahora que Netflix y HBO nos muestran la inverosímil cantidad de morralla audiovisual completamente inútil que se procesa continuamente en el mundo. Como identificar la cita es una forma de spoiler me lo guardo, que igual Sergio todavía no la ha visto. 

6 comentarios:

Roberto Amaba dijo...

Qué tal,

No he visto la de Scorsese. Ni ganas, ni prisa. Tampoco "Marguerite et Julien", pero dices dos o tres cosas más que te las firmo con sangre.

Un saludo.

Sergio Sánchez dijo...

Te voy a hacer caso porque no sólo tenía referencias fiables de que era espantosa, sino que la propia carrera de la directora, declaraciones de guerra aparte, me invitaba a huir como de la peste.

Sergio Sánchez dijo...

Creo que le falta algo, tomar más decididamente el camino de la peli de clasicismo contenido o el camino de la peli postmoderna y anacrónica. Un poco más de locura o un ascetismo ya del todo. Pero no está mal y no me parece espantosa, si es espantosa ¿cómo llamamos entonces a "Main dans la main2?

abbascontadas dijo...

Roberto, conociendo tus incendiarias respuestas a la encuesta a críticos de cine me hago una idea de a lo que te refieres.

Sergio, a mí Marguerite ... me gustó más de lo que esperaba, y esa indefinición entre el desmelene romántico y el ascetismo depurado me parece que refleja los distintos tiempos del film, en el sentido de que parte de un guión de otra época, y me gusta que eso emerja en la película.

Me acordaba de Main dans le main (una de las películas más ridículas de los últimos años) a raíz de Arrival, que tiene como punto de llegada una resolución tan disparatada como el punto de partida de la de la Donzelli, lo que me lleva a enunciar la ley narrativa de que las cretinadas déjalas para el final si no quieres cargarte el film completo.

Jesús Cortés dijo...

A mí no me gustó demasiado la de Donzelli, pero aún así es una fiesta comparada con el plomo insufrible de Scorsese

abbascontadas dijo...

Yo hacía tiempo que no me encontraba con un desinterés tan descarado por el material cinematográfico que se tiene entre manos, que se nota que ni le interesa la historia, ni los personajes, ni los actores...