lunes, 28 de septiembre de 2009

La otra mirada (embelesada)


Me gustó tanto la foto en la que Mónica me miraba arrobada que he decidido iniciar un género que se podría titular "Mujeres me miran" o alguna horterada por el estilo. Mónica lo hizo de manera espontánea, pero no tengo problemas en pedirle a mis compañeras de plano que me miren mientras yo miro a la cámara. Aquí estoy con la gran Montse Abad, directora de TVE en San Cugat e infatigable jurado del premio La otra mirada, que este año ha ido a parar a Precious, uno de los filmes que han salido reforzados del festival tras su triunfal pase para el público, con el director y la prota abrazados y llorando en el escenario donde se acababa de proyectar . Yo no la he visto y tengo bastantes prejuicios contra ella, y más después de ver que se ha llevado el premio del público (en unas votaciones en las que Yuki & Nina han quedado en último lugar!)

2 comentarios:

Susana dijo...

Eres un presumido!
Le tenía bastante simpatía a Montse Abad hasta que han puesto en marcha en San Cugat, con motivo del 50 aniversario de la tele allí, una serie de reportajes sobre estos últimos cincuenta años de nuestra vida que realizan lo más florido de los directores de cine catalanes con el archivo de la tele. No es que lo vayan a hacer mal, pero va a costar un pico, en estos tiempos de crisis y ahorro, y estoy segura de que un equipo de realizadores de plantilla sin nombre lo harían igual de bien. Y no he visto Precious, claro, no he estado en el festival, pero comparto tus prejuicios. En mi caso porque siempre me escaman este tipo de premios donde impera la discriminación positiva. En este caso, hacia las mujeres (si, Mercedes puede echarse las manos a la cabeza). Es como esta nueva idea de la ministra de cultura de dar mayores subvenciones al cine hecho por mujeres. ¡Puaff!

abbascontadas dijo...

Lo de los realizadores catalanes suena a cambalache político (como también el patrocinio del Festival de Sanse, claro). Precious tiene aire de "sordidal chic"; como estoy seguro de que me la voy a ahorrar no podré opinar nunca sobre ella, por más que José me llamara entusiasmado al final del pase apoteósico.