jueves, 1 de abril de 2010

Strangers when we meet


El descubrimiento de la filmografía de Mulligan gracias al ciclo que tiene en marcha la Filmoteca Española me ha abierto el apetito por el cine americano de los 60 (junto con otras derivaciones), una época que tengo algo descuidada y que, por lo que estoy descubriendo, resulta apasionante.


Strangers when we meet comparte director de fotografía, Charles Lang, con Inside Daisy Clover y The stalking moon, las tres rodadas en formato panorámico (y las tres extraordinarias). La película despliega narrativamente esa estructura libidinal propia de la burguesía que en este blog suelo denominar la edad de la inocencia (por la novela de Wharton), en la que el orden social se sustenta sobre la represión de un objeto de deseo absoluto que puede arrasar al sujeto, pero que es imprescindible para que éste pueda sobrevivir en la alienación sentimental en el que se ve inmerso.


La obra maestra absoluta del género es (según mi opinión, claro) Vértigo, que tiene el detalle de utilizar a la misma actriz para dar cuerpo a las dos caras de la imago femenina, la fantasmática-fascinante y la cotidiana. Vértigo instaura la obligación para las posteriores obras maestras de su misma cuerda (entre las que se integra sin problemas el film de Quine, que me ha parecido absolutamente maravilloso, con el detalle añadido de que comparte con el de Hitchcock a Kim Novak) de permitir que el espectador comparta la fascinación por el objeto, y a la vez tenga acceso a la fragilidad del mismo, habitualmente mediante esa secuencia sublime en la que asistimos al momento en que la mujer tiene que abandonar su posición de icono inaccesible y muestra su condición de sujeto deseante, que en el caso de Vértigo es el momento en que la película cambia el punto de vista (tal vez mi secuencia favorita de la historia del cine, si alguna vez tuviera que elegir una) y pasamos a ver la historia desde Judy/Madeleine, y que en Stranger when we meet tiene lugar cuando Kim Novak le narra a Kirk Douglas su encuentro siniestro con el camionero que la persigue, y que el director filma con un plano en el que Novak deja de ser una figura y un rostro fascinante y se convierte exclusivamente en una boca, una voz, un relato que desmorona la ilusión imaginaria de Kirk Douglas.

4 comentarios:

Sire dijo...

Ultimamente tu blog parece el top de mis pelis favoritas, incluida la de Andre de Toth :-)

Strangers when we meet es una de mis favoritas de siempre, ademas que hace poco la revisé y descubri tantas cosas nuevas y fascinantes, que no paraba de sorprenderme. Visualmentente es una pelicula bellisima, con esos planos de ellos juntos pero al mismo tiempo siempre separados por algo, un coche, una columna, un espacio vacio, siempre uno dandole la espalda al otro,como si Quine quisiera enfatizar que el estar enamorados no es suficiente. Y ese final que esta ultima vez que la vi, me fascinó: esa casa vacia ya construida y ellos como fantasmas, mas muertos que vivos ya en aquel momento de la historia, una maravilla vaya.

Y encima es que Quine no deja titere con cabeza retratando la hipocresia de todos ellos, vaya que no solo Sirk sabia contar a la perfección el timo que era el "perfect american way of life".

saludos

abbascontadas dijo...

Yo no había visto la película hasta ahora (en que me he convertido en un monomaníaco del cine americano de los 60 y la segunda mitad de los 50).

Visualmente es descomunal, como dices: ese final en el que vagan por esa casa vacía (esa enorme chimenea apagada, que nunca se encenderá para ellos!) que es la suya, como dice Kim Novak, es total (y con ese operario que explicita además el fantasma reprimido de la relación, el que puedan vivir juntos, socialmente aceptados, y que el film ha negado: como bien comentas, por la manera en que están filmados sabes que la relación no tiene futuro).

Por cierto, que esa casa es un ejemplo de lo bien que se hacían todavía las películas en esa época: situada en ese espacio fuera de lo social, en lo alto de una colina (compartiendo cierto carácter imaginario y celestial a la vez), pero al borde de un abismo, siempre con el peligro de que se venga abajo, frágil y cálida al mismo tiempo,construida gracias a la energía y la ilusión que Kirk Douglas extrae de Kim Novak (mientras que la esposa está del lado de los supermercados, que al fin y al cabo también son elementos importantes de la vida social).

(La verdad es que últimamente me estoy preguntando qué le ha pasado al cine americano, en qué momento se rompió la cadena de transmisión de conocimiento).

Otro detalle apasionante es la figura de la mujer de Kirk Douglas: en la película es manifiesto que sigue deseando a su marido y que llevan una vida sexual activa (lo que no es el caso de Kim Novak), incluso que, en cierto modo, es más inteligente que su rival, y también es bastante atractiva. Sin embargo, entendemos perfectamente que KD se quede colgado de KN, aunque sea por motivos equivocados.

Me parece crucial la figura de Walter Matthau, a la postre el personaje más obsceno del film (de la misma manera que KN es el más trágico -al igual que en Vértigo-, al fin y al cabo el arquitecto tiene su obra maestra y su megaencargo, pero ella se queda en la peor posición posible, sin ningún horizonte en su vida) el que convierte la relación, con su mirada "comprensiva" (e interesada), en pura basura.

La peli de De Toth es buenísima, también la conocía sólo de oídas, y ésa está hecha con dos de pipas, tres decorados, dos exteriores, mogollón de nieve y diez figurantes, y un guión y un director en condiciones, vamos, que tampoco es tan difícil.

Un saludo.

Sire dijo...

Sobre la peli de de Toth tengo una entrada en el blog y creo que Jesus Cortes en el suyo tambien, una pelicula que creo que fascina a muchos :-)))

Volviendo a la pelicula de Quine a mi otro personaje que me gusta muchisimo es el personaje del escritor, que creo q es el unico sincero, el unico que parece pasarse por el forro las convenciones pero claro, tiene que pagar un precio por ello, encima construyendose una casa que creo que fuera a disfrutar nunca, porque la casa que le ordena construir a KD es como un sueño e ideal de la vida que a él le hubiera gustado llevar y que él sabe que no va a tener, conclusión, no es tan hipocrita como el resto, pero al mismo tiempo ansia lo que los otros tienen. Pocos personajes pero cuantos recovecos tienen todos.

Sobre el personaje de Matthau, totalmente de acuerdo en lo que dices además que hay un momento en la historia en que creo que dice que en su casa él es como un mueble más, o algo asi, que mi memoria es desastrosa, pero genial vaya.

Y sobre el personaje de Kim Novak creo que es mi favorito en el sentido de que me fascinó la forma en que su personaje revelaba el aburrimiento de su vida, para mi el personaje mas tragico y desesperanzador de todos.

¿Y como andas de Sirk?? porque si estas envuelto en esa epoca de la historia del american cinema, no puedes dejar de empezar o revisarle, que Sirk es un cineasta totalmente nuevo cuando le revisas...

abbascontadas dijo...

Mi problema es que, como he comentado alguna vez, casi no veo películas en casa, con lo que dependo de la programación de la filmoteca básicamente (ahora empieza un ciclo de Kurosawa, así que daré por finalizado el paseo por el cine americano de los 50/60 y me dedicaré al japonés).
De Sirk lo único que he revisitado recientemente ha sido Escrito en el viento, que me pareció soberbia e intensísima, el resto se remontra al último ciclo que le dedicaron en la filmo, hace muchos años, y al mítico ciclo de Drove (del que recuerdo sobre todo The tarnished angels, que siempre he perseguido volver a ver sin conseguirlo).

Y ahora que lo dices, lo más probable es que me haya tropezado con tu entrada sobre Toth, porque últimamente no leo casi nada sobre cine fuera de los blogs que frecuento, y de algún lado me habrá venido el deseo de ver algo suyo (y Day of the outlaw es la que estaba en la biblioteca, que esas cosas tiene el azar).

Sobre el personaje del escritor, no veo tan claro lo de las convenciones: en varios momentos se muestra bastante vulnerable respecto a las opiniones de sus amigos sobre la casa y los críticos con respecto a sus libros, y tiene un punto claro de inconsistencia (creo recordar que casi siempre visita la casa con una amante, pero nunca la invita a entrar), aunque finalmente consiga escribir su gran novela (como KD construye su gran obra). La película lo presenta completamente ajeno al mundo social de KD, aunque supongo que vive en la misma ciudad, ya que se ven a menudo y se construye la casa en esa colina que domina todo. Es cierto que es ajeno a las convenciones del grupo de KD, pero cuando se despiden definitivamente, da la impresión que, aunque para los dos ha sido fructífica la relación, ambos renuncian a lo que de tentador hay en la vida del otro: ni KD va a dejar a su familia (o en cualquier caso fundaría otra con KN) ni el escritor va a abandonar su afición a las (múltiples) mujeres atractivas a las que no aprecia en absoluto. No creo que el film valore más su posición que la de KD, más bien anota las deficiencias de ambas (y la imposibilidad de articular una "síntesis" satisfactoria, algo que también está en Sirk), pero bueno, para eso están los textos buenos, para permitir distintas lecturas.