Lawless es una película producida por los Weinstein, lo que tal vez explique que le hayan dado el pase más importante del festival, el del sábado del primer fin de semana por la tarde, el que suelen dejar para Matrix o La guerra de las galaxias o Indiana Jones, y el que concita masas de fans dispuestas a prestarse a todo tipo de perversiones a cambio de una invitación. Aquí sale un actor creo que conocido, Shia Labeouf, aunque a mí me parecía todo el rato Edward Norton en joven.
Lawless es una película que reivindica el papel del director de cine, hasta tal punto John Hillcoat se carga lo que de bueno hay en el guión (al que en cualquier caso le falta bastante trecho para llegar a la excelencia) que uno no puede menos que echar en falta en cada plano el talento de realizadores como Eastwood o Tarantino, por irse a los extremos pero hablar de gente que hace cine y crea imágenes, y no se dedica a pegar cromos esteticistas a la par que recurre a trucos efectistas para mantener la atención del espectador.
Aquí tenemos época de la depresión (que casi no sale) y Ley seca, y un chaval que idolatra a un hermano de estatura casi mítica, que acaba enfrentado a un burócrata corrupto descrito como un psicópata despiadado, y que de tan caricaturesco que se le muestra se carga él solito toda la película, convertida así en un mecanismo muy primario, aunque a tenor de los sorprendentes aplausos que ha recibido cabría decir que eficaz.
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