El estreno de Inherent vice y el premio nacional de la crítica concedido a Brilla, mar del Edén me da pie para comentar el curioso caso de Thomas Pynchon, un narrador superdotado al que le pierden las ganas de demostrar lo muy listo que es, con lo que yo suelo dejar sus novelas al poco de empezar a leerlas, poco interesado en las cuitas que por allí acontecen. Curiosamente, al revés de lo que suele ocurrir, su influencia se demuestra muy beneficiosa cuando se topa con creadores que sí tienen cosas que contar. En la extraordinaria novela de Andrés Ibáñez el escritor sin foto en las solapas es uno de los cientos de personajes que pululan por ese bulímico entramado narrativo. La película de Paul Thomas Anderson se eleva muy por encima de su referente literario, partiendo del esfuerzo evidente del director por dotar de carne a unos personajes que en la novela son poco más que perchas para que se sucedan unos acontecimientos que a duras penas escapan a su condición de paródicos.
4 comentarios:
Dicen que "Inherent vice" es la legible, a mi me gustó pero me cuesta establecer comparaciones porque ya la leí casi con ojos de Paul Thomas Anderson buscando película.
Bueno, Pynchon es bastante legible, otra cosa es que yo no conecte con su particular espíritu.
Yo también me leí el libro tras ver la película, y tras la lectura me la volví a ver, una experiencia curiosa, que cambia la percepción del film.
También a título personal, claro, considero la película bastante mejor que la novela.
Yo lo leí unos meses antes de ver la película, pero ya había visto a Phoenix en el trailer y ya iba pensando en qué le podía atraer o interesar a PTA que salía de "The master" de todo aquello.
Completan la selección de Cannes, Kawase y Apichatpong y Brillante mendoza a Un certain regard, Guedigian a una sesión espacial y Gaspard Noé a la medianoche.
Publicar un comentario