domingo, 10 de febrero de 2008

No country for old men


No country for old men fue una de las películas más apreciadas por la crítica internacional en el Festival de Cannes (lo que quiere decir que en las votaciones que aparecen en la última página de la revista Screen, que publica un número diario durante el festival y en el que ponen estrellitas críticos de varios países, aparecía como una de las mejor valoradas - no hay ninguno español, dicen los rumores que debido al impactante descubrimiento que hizo la revista del nivel de inglés que se gastan los críticos de cine españoles de los periódicos de mayor tirada-), lo que tampoco tiene mucho mérito: contra lo que la gente suele creer, en general a los críticos lo que les gusta son comedias y thriller bien rodados, y nada agradecen más que un guión solvente, y más en un festival donde hay que verse docenas de películas y donde el principal criterio de selección parece haber sido este año la longitud y calidad de planos secuencia, elemento retórico estrella de este certamen. El caso es que, aunque No country... está lejos de ser una mala película, uno no puede abandonar la impresión de que los Coen no van a volver a rodar una óbra maestra, y que quedarán como apreciable relleno en cualquier sección oficial.
Bardem hace de una especie de Terminator infalible (que según Gasset recuerda mucho al López Vázquez de Mi querida señorita). Según nos contó en la entrevista, eligió la peluca porque los Coen se troncharon de risa cuando le vieron con ella puesta.
A la vuelta me hice con la novela de Cormac McCarthy (No es país para viejos, editada - y muy bien traducida- por Mondadori), que casi parecía el guión de la peli, aunque con una apreciable diferencia: el sustrato del libro es un fundamentalismo religioso casi invisible pero omnipresente, de tal manera que el personaje del asesino adquiere en la novela un aura apocalíptica que se pierde en el film (se ve que a los Coen ese lado religioso no les interesaba).

3 comentarios:

Susana dijo...

Lo que mas me gusta de la peli es los retratos que hacen los Coen de los tipos de la america profunda: el hombre de la tienda al que le perdona la vida Bardem, los que se encuentra en la carretera y que paran para ayudarle, la dueña de las viviendas que se lima las uñas, desde luego el sheriff y su joven ayudante... en fin, todos los secundarios de relleno son los que de verdad hacen creible la historia, con ese acento tejano tan cerrado y la forma de vestir. Y aunque cabeceé un poco, me resultaron soberbias las dos secuencias en el hotel, cuando Josh Broslin se lleva la maleta con el dinero y después en el otro hotel cuando espera a que entre el asesino y arranca la persecución más cuerpo a cuerpo. Bueno, y la persecución del perro por el rio, claro.

Los Piris dijo...

Pero ¿ya habéis visto la peli?

Está claro que no tengo nada que hacer con dos cinéfilos como vosotros. Creo que llevo unos cincuenta años de retraso (puesto que lo último que he visto ha sido La aventura del Poseidón y El quinteto de la muerte); así que quizá en el 2040 pueda hacer algún comentario apropiado sobre esta película en el blog.

Los Piris dijo...

Mi querida señorita

Llevo miles de años queriendo ver esta película. ¿Tenéis algún modo de conseguirla y la vemos? Sé hacer palomitas.