jueves, 15 de octubre de 2009

Fuga de muerte

Leche negra del alba la bebemos al atardecer
la bebemos al mediodía y a la mañana la bebemos de noche
bebemos y bebemos
cavamos una fosa en los aires allí no hay estrechez
en la casa hay un hombre que juega con las serpientes que escribe
que escribe al oscurecer a Alemania tu cabello de oro Margerete
lo escribe y sale a la puerta de casa y brillan las estrellas silba llamando a los perros
silba y salen sus judíos manda cavar una fosa en la tierra
nos ordena tocad ahora música de baile


Leche negra del alba te bebemos de noche
te bebemos de mañana y al mediodía te bebemos al atardecer
bebemos y bebemos
en la casa vive un hombre que juega con las serpientes que escribe
que escribe al oscurecer a Alemania tu cabello de oro Margarete
tu cabello de ceniza Sulamita cavamos una fosa en los aires allí no hay estrechez.

Los dos primeros párrafos de Fuga de muerte, de Paul Celan, traducción de Jesús Muñárriz

Hace un par de días Mecedes me echaba en cara durante la comida que llenaba mis entradas de nombres raros para tirarme el rollo, y poco después me comentaba que no leía casi nunca poesía (y Susana tampoco lo hace), así que le dije que colgaría de vez en cuando alguna que anduviera por mi mesilla de noche. Pero para empezar he elegido una de los poemas más conocidos de Celan, probablemente el poeta europeo más influyente de la segunda mitad del siglo XX, porque hablaba de él en la entrada sobre Muñoz Molina. Fuga de Muerte (según George Steiner, que es quien me descubrió a Celan) es el mejor poema que se ha escrito sobre los campos de concentración, y la prueba de que sí es posible la poesía después de (y sobre) Auswitch.
El poema se compone de cinco párrafos y tiene esta estructura obsesiva y repetitiva de la fuga, es muy oscuro y contiene la famosa frase "la muerte es un amo de Alemania" (der Tod ist ein Meister aus Deutschland). La poesía de Celan tiene fama de hermética y hay verdaderas batallas teóricas alrededor de sus interpretaciones, incluso en el ámbito hispano, donde su influencia es evidentísima en, por ejemplo, Valente (disponemos en castellano hasta de una edición de su poesía completa, publicada por Trotta). Cumpliendo con ese destino trágico que parece acompañar a los judíos que sobrevivieron al nazismo, se suicidó a los 50 años tirándose al Sena.

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