domingo, 26 de agosto de 2012

Películas magníficas, imágenes sorprendentes



En la extraordinaria secuencia que abre La notte (La noche, para los que no sepan idiomas), en la que el matrimonio protagonista acude a un hospital para visitar a un amigo moribundo, una enfermera bastante mona abre la puerta de la habitación y aparece... con una botella de champán! Con su cubitera y todo, y copas para todos. Y a ninguno parece extrañarle. Esa es la Seguridad Social que queremos, y no esos manejos siniestros del caballero oscuro y memo que nos gobierna. 



En Advisa & consent (conocida por estos pagos como Tempestad sobre Washington), una película a la que las reseñas se empeñan en describir como un retrato ácido y demoledor de la política norteamericana, cuando vista desde la perspectiva de la España del 2012 más parece la bucólica descripción de como sería la democracia en el paraíso terrenal, se presenta por primera vez al (absolutamente fascinante) Senador Seab Cooley/Charles Laughton, del que no han dejado de hablar sus compañeros de partido en tono admirativo y temeroso durante toda la (igualmente extraordinaria) primera secuencia, un político que lleva cuarenta años en el Senado, ¡Bajándose de un autobús de línea para ir al curro! De hecho, me quedé tan patidifuso que di marcha atrás al dvd a ver si, en realidad, era una limusina o un autocar privado, y no, Seab Cooley va al Senado en autobús, y Preminger decide que es lo primero que el espectador tiene que saber de él, además de que acojona al resto de los senadores. 

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