sábado, 5 de marzo de 2011

Por qué escribo yo un blog tan bueno


No sé si hasta este momento alguien ha caído en la similitud entre las figuras de Nietzsche y Mourinho. Es cierto que, estilísticamente, varios abismos los separan, pero su megalomanía es perfectamente parangonable.

Nietzsche tituló de esta guisa algunos capítulos de su celebérrima autobiografía Ecce homo (célebre sobre todo porque la escribió pocos meses antes de que una definitiva crisis psicótica se lo llevara a un manicomio de por vida):

- Por qué soy yo tan sabio
- Por qué soy yo tan inteligente
- Por qué escribo yo libros tan buenos

Epígrafes que podrían servir de introducción a las ruedas de prensa del entrenador portugués más famoso de la historia. Como él, el pensador alemán (que fantasea con unos improbables ancestros polacos, además de aristócratas) se dedica a despotricar contra los hipócritas y a afirmar cada dos líneas que él sólo dice la verdad, amén de haber sido el primero en la historia de la humanidad en haber descubierto un sinfín de profundos pensamientos que a nadie se le habían ocurrido antes.

Es probable que Mourinho no sea (todavía) un psicótico, pero está claro que piensa que su obra está llamada a cambiar la historia de la humanidad. No sabemos adonde se verá arrastrado por su más que previsible fracaso en el Madrid.

Friedrich Nietzsche, Ecce homo, Alianza Editorial, edición y traducción de Andrés Sánchez Pascual.

Declaraciones de Mourinho, sección de deportes de todos los periódicos españoles, todos los días desde hace varios meses.

1 comentario:

Susana dijo...

Todo eso está muy bien, pero sin ánimo de defender a Mourinho (yo soy más de Pep, y además ahora que compartimos dolor de espalda me siento más identificada con él) yo creo que es un juego de todos, Mou se ha construido un personaje prepotente y mal encarado y toda la prensa le sigue, como los ratones al flautista de Hamelín, que parece que la prensa deportiva lo único que sabe hacer es eso, buscarle las vueltas al individuo para tener un titular al día siguiente.

A Nietzsche en nuestros días le hubiera pasado como a Galiano. Ahí si que hay hipocresía ...