He aquí el equipaje mínimo (como ya comenté) con el que me desplazo al pueblo de mi mujer papa pasar un finde (con el agravante de que se celebraban las fiestas del pueblo)
Primer ritual gastronómico: sardinada popular.
Este es el mejor momento del día, amanece y no se oye un ruido, sólo la algarabía de los pájaros que se despiertan. Todavía es posible tomarse un café y leer un libro en el patio a las ocho y media de la mañana, aunque ya se nota que es otoño
Un paseo en compañía de Nikita, que cojea ostensiblemente, tal vez consecuencia de su afición por lanzarse contra todos los coches que pasan, que afortunadamente a esta hora son pocos. Una bandada de cientos de gorriones que picotean en los campos reciénsegados se levantan al unísono para posarse otra vez unos metros más allá.
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