Por obligaciones profesionales me he metido a ver Mountains may depart, la película que Jia Zhang Ke presentaba en Cannes el mismo día que Sorrentino hacía lo propio con Youth, lo que tiene su gracia porque según el catélogo el italiano nació un día después que el chino (31 y 30 de mayo de 1970 respectivamente), y el destino me ha recompensado con la película más hermosa presentada a competición que haya visto hasta ahora, lo que tampoco es decir mucho.
Película sobre la (improbable) supervivencia de las tradiciones familiares en la era del capitalismo financiero y la imagen digital, que de las dos cosas se trata en el film, nuestro admirado chino se ha marcado un viaje para rodar la tercera parte del film (situada en 2025) en Australia, tierra donde conviven chinos que han olvidado el chino y canadienses que han olvidado los modales. De lo que no hay rastro es de Europa, que probablemente no tarde tanto en caer completamente en la inanidad.
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