Una pequeña introducción antes de empezar a desgranar películas y anécdotas individualmente, ahora que ya estamos con velocidad de crucero bien instalados.
Hasta este momento me he visto cuatro filmes, el mejor el de Garrel y el más rollo el de Lanthimos, como siempre lastrado por sus falsas premisas de partida (aquí un futuro en el que la soltería está penalizada, cuando es la atomización social la tendencia que más mola al capitalismo actual). Mad Max y Kore-Eda comparten un insospechado punto de partida, la fascinación de la mirada masculina por los grupos femeninos cerrados, si bien aquí se acaban todos los parecidos.
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