miércoles, 11 de marzo de 2009

Día perdido en la Televisión Pública

Soy un hombre cauto,
estoy acostumbrado a los días
y temo los milagros no previstos en el programa

(Chagall, José Watanabe)

El sábado me tocó currar en Informe Semanal, lo que implicaba pasar un montón de horas en Torrespaña, a la espera de que surgiera algún acontecimiento, aunque la esperanza más bien era que no pasara nada y nadase en el tedio más absoluto, que fue lo que pasó (o sea, nada); y así conocí horas interminables de navegar por internet, que ocupé básicamente en verme toda la temporada actual de Muchachada Nui, leer un montón de blogs de los habituales y de la nueva generación de escritores españoles (aunque Agustín Fernández Mallo y Vicente Luis Mora tienen mi edad), con lo que por la tarde ya me consideraba un experto en la materia, quedarme fascinado con el rostro de Leire en el videoclip de La oreja de Van Gogh Inmortal, canción que mi hija oye a todas horas en casa y que se ha convertido en el himno del hogar merced el verso que dice "Tengo tantas cosas y ninguna está en su sitio", que es exactamente lo que nos ocurre, y ver el partido de fútbol Madrid-Atlético en una señal sin comentarista, lo que resultaba bastante raro, acostumbrados como estamos a que cuarenta expertos te expliquen lo que estás viendo. Aunque el fútbol no me llama mucho la atención y no aguanto un partido entero, soy colchonero fundamentalista, y nada me gusta más que ver al Madrid morder el polvo, sobre todo en la liga de campeones (esto lo escribo cuando el Liverpool ya le ha pasado por encima, pero la humillación ha sido tan grande que resulta hasta de mal gusto manifestar contento); pero estaba convencido de que, como siempre, acabaría ganando el Madrid (a pesar de que, viendo el partido, parecía imposible que metieran un gol).
Total, que tras trece horas trabajando, había descubierto cosas tan inútiles y fascinantes como que el McDonalds de la Plaza de España de Zaragoza, al que Manuel Vilas ha dedicado un poema bastante desolador, había cerrado; que en la librería que los Foster han abierto en Madrid (bueno, creo que es esa) hay una exposición de Tichy, ese homeless checo que hacía fotos a las mujeres con cámaras hechas con cajas de galletas (y que parece un personaje inventado por el universo Nocilla); que Leire salió de una especie de Operación Triunfo de Cuatro (mi hija se mofó largamente de mí por desconocer este hecho, que fue publicitado hasta la saciedad); y que la delantera del Atlético es bastante mejor que la del Madrid, pero que no se atrevió a rematar al adevrsario, abismada ante el vértigo de lo imposible.

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