lunes, 28 de septiembre de 2009

Vuelta de Sanse

Ya estamos en Madrid, claro, y acabamos de descargar los camiones de material, queda hacer varios recuentos de lo que se ha quedado atrás, aunque lo único preocupante es el accidente que sufrió un cámara (Sergio) de vuelta del festival, que se encontró con una furgoneta casi parada y tuvo que dar un volantazo para acabar en un hospital de Vitoria.
Ayer cargamos los camiones en el Kursaal y vimos que nos había desaparecido un monitor de tubo antediluviano; estamos buscando el autor del latrocionio para darle una medalla. Mercedes perdió el móvil, con lo que se quedó pálida para el resto de la semana, aunque apareció en la cabina de un camión.
En una cafetería de carretera atendida por una especie de marciana arbetzale nos paramos a tomar un plato combinado; lo bueno del país Vasco (y del norte de España en general) es que en (casi) cualquier sitio se come bien.



Esta cara tenía Mikel Olaciregui tras la proyección de gala de Mother and Child, y por lo tanto con el festival ya terminado. A Alberto le había gustado la película de Rodrigo García, por lo que me animé a verla. A mi mujer le gustó, pero a mí me escama esa estructura de historias paralelas de las que se cuentan pinceladas, lo que queda resultón pero le evita al director afrontar secuencias complicadas, que quedan siempre para el limbo de las elipsis. Y luego tiene un rollito New age sobre embarazos redentores que no me convence, pero eso lo dejaré para otra entrada en la que hable de como el baby boom ha llegado a la pantalla.
Naomi Watts estaba irreconocible, así que no me di cuenta de que era la extraña y maquilladísima rubia que me sonrió a la salida de los servicios de la zona de camerinos (porque casi se choca conmigo). Unos minutos antes Pilar López de Ayala preguntaba al aire que la rodeaba si la gala empezaba ya, y en representación de ese mismo aire contestaba yo con pasmosa seguridad que sí, con lo que me preguntó si tenía tiempo para entrar al servicio, y con la misma seguridad le dije también que sí, erigido en ese momento en autoridad (el Otro lacaniano). De lejos vi a Leonor Silveira, y con esto termino el capítulo acerca de como Abbas se codeó con las estrellas en Sanse.

2 comentarios:

Susana dijo...

No he visto Mother & Child, pero por lo que cuentas es como las otras pelis de Rodrigo García. A mi me gustó Nine songs, pero Cosas que diría con sólo mirarla me resultó cansina (también es cierto que la vi en la tele y no en el cine, no hace mucho, por cierto) y no llegué al final. Pero me resultó todo el rato lo mismo. Estos directores que juegan tanto formalmente terminan repitiéndose, uno está esperando todo el rato el momento en el que alguno de los personajes de una historia aparezca de refilón en otra de las historias. De todas formas me apetece ver esta última, y más si es un tratado de maternidad! No te sorprendas por el nuevo baby boom de las pantallas, te recuerdo que hay un nuevo baby boom real aquí fuera (doy fe).

abbascontadas dijo...

Anda Iñárritu I el Infame en la producción ejecutiva, aunque ésta es más pulida que el cine del mexicano histérico(la cámara se pone en trípode, nada de la retórica de la cámara al hombro), y tampoco hay cosas demenciales como la japonesa sordomuda que va sin bragas por el mundo. Lo que por supuesto está ausente en todas las pelis es la paternidad.