La golondrina se vuelve rana.
El topo se transforma en codorniz.
El melón podrido se convierte en pez.
El cachalote seco se vuelve amaranto.
La oveja vieja se transforma en simio.
Las huevas de pez se convierten en insectos.
Lie Zi, El libro de la perfecta vacuidad, Ed. Kairós, traducción de Iñaki Preciado)
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